Porsche reniega de la conducción autónoma

Hace unos años, hablar de conducción autónoma era hablar de ciencia ficción. Aún recuerdo una serie de animación de, creo recordar, 8 capítulos, donde había un cuerpo de seguridad llamado ‘Real Driver’, que precisamente daba nombre a la serie. Se trataba de un equipo que tenía permiso para conducir coches convencionales para mantener la seguridad en las carreteras en caso de que un coche autónomo perdiera el control. Todo muy curioso y hasta un poco rocambolesco, pues entre los coches que usaba dicho equipo había un Lotus Europa de los 70, un Súper Seven o todo un Lancia Stratos.

Siempre me acuerdo de esa serie cuando hablan de coches autónomos y eso que ya hay modelos capaces de rodar sin conductor, como el Audi RS7 del que tanto presumen en la marca de los cuatro aros o el Tesla Modelo S, que cuenta con un sistema semiautónomo. Como amante de la conducción, reconozco que me parece una aberración el coche autónomo, como a muchísimos otros y cuando me llegan boletines al respecto a mi correo, suelo hacer la vista gorda y no público nada al respecto, no seré yo quien le de bombo a esa tecnología. Pero por otro lado, si me gusta ver como hay fabricantes que reniegan de la conducción autónoma como Lamborghini y ahora, Porsche, pues parece ser que el presidente de la compañía, Oliver Blume, ha asegurado en un periódico alemán que Porsche no tiene ninguna intención de sumarse a los fabricantes que investigan y desarrollan tecnologías de conducción autónoma.

Curioso no obstante, que dos marcas como Lamborghini y Porsche, ambas dentro del Grupo Volkswagen Audi, declaren ser contrarias a ese tipo de tecnología cuando la propia Audi es uno de esos fabricantes que apuestan por la conducción autónoma y tienen un modelo de más de 500 CV capaz de rodar en circuito sin conductor. Solo tienen que esperar a que Audi termine para coger lo diseñado y adaptarlo a las necesidades y así guardar esa imagen de fabricantes de coches para conducir.

Desde Porsche aseguran que sus clientes quieren conducir ellos mismos y que la firma construye coches deportivos, que son totalmente contrarios a la conducción autónoma. Tiene su lógica, pues quien compra un deportivo, supuestamente, es porque quiere conducirlo por el mero hecho del placer de hacerlo, en eso se basa la existencia de este tipo de coches, ¿no?

En Porsche prefieren centrar sus esfuerzos en coches híbridos y eléctricos, que tendrán un buen empujón con la llegada del Porsche 911 Hybrid y del Porsche Mission-e, para los que habrá que esperar como pronto hasta 2018.