El mercado del automóvil se innunda cada día más con grandes SUV y coches que defienden apariencias distintas a aquello que son. El ejemplo más claro son los SUV coupé: su capacidad es inferior a la de cualquier berlina equivalente, su comportamiento tampoco es bueno, el confort se ve mermado por los diferentes parámetros que exige un vehículo subreelevado y aun así se venden.
Uno de los segmentos que sufre con estos cambios en el mercado son las berlinas, los coches de toda la vida que quizá no fueron convenientemente renovados en su momento por las marcas.
Alfa Romeo está en pleno proceso de relanzamiento con una nueva gama que toma la deportividad y el dinamismo como eje central en su planteamiento. El primer Alfa de la nueva era os lo traíamos hace poquito en su variante abierta, el
Alfa Romeo 4C Spider.Pero una marca como Alfa Romeo no va a vivir de modelos exclusivos, poco vendidos, poco vendibles y que sólo gustarán a entusiastas. Es por esta razón que su gama tiene vehículos más razonables como el Giulia; una berlina tradicional de tres volúmenes para la que se ha desarrollado una nueva plataforma y gama de motores.
El nuevo Giulia explota las características que siempre han tenido los buenos Alfa: tracción trasera, un peso contenido, interiores de ensueño y una
puesta a punto extraordinariamente dinámica.
La unidad probada se corresponde con el acabado Veloce, sólo disponible con los dos motores tratacilíndricos más potentes: un 2.0 litros turboalimentado de
gasolina con 280
CV y un 2.2 litros turbodiésel con 210 CV. Ambos siempre se asocian con un sistema de
tracción integral Q4 de la firma italiana.
Diseño: Fusión para lograr algo nuevo
Si de algo saben los italianos es de diseño. Grandes carroceros y diseñadores han nacido, se han formado y han trabajado en el país transalpino. La tarea no era fácil, pues había que revivir Alfa Romeo con un modelo que fuese actual y capaz de identificarse como un miembro de la familia del Biscione.
La verdad es que no se rompueron mucho la cabeza y lo primero que hicieron fue irse a por los archivos de la marca y tomar las referencias tradicionales para que pudiesen estar en el nuevo modelo de la firma italiana. El frontal es típicamente Alfa, con sus tres aperturas (una vertical y dos horizontales) con las que se pueden identificar casi toda la gama italiana. Para dotarlo de agresividad, se le dibuja un morro muy vertical con ópticas alargadas y profundas que transmiten mucha fuerza; mientras todo se acompaña con un capó prácticamente horizontal que refuerza esta sensación de fuerza.
Como buen tracción trasera, su
habitáculo se retrasa y el
voladizo delantero permanece corto, también es cierto que desde la puerta trasera a la zaga no llegará a un metro de distancia, por lo que
estamos ante una berlina con proporciones bastante compactas y una batalla relativamente grande comparada con la longitud total del vehículo.
En los laterales toman protagonismos las líneas de tensión que lo recorren y una cintura bastante elevada, todo unido al perfil que dibuja el espacio de los pasajeros con una suave caída que mantiene su personalidad de berlina clásica en lugar de intentar parecer un coupé de cuatro puertas.
Ya en la zaga, una puerta pequeña que se encuentra muy bien integrada con la caída de techo aloja la parte interior de los pilotos traseros, construidos en tecnología LED para todas sus funciones.
Todos y cada uno de los paneles del Giulia parecen haberse cuidado con esmero, encajan con separaciones mínimas y transmiten muy buenas sensaciones. Si bien la tapa del
maletero parece la menos firme de todas, sí que está correctamente montada y anclada.
Las puertas abren en ángulos generosos que permitirían poner sin problemas la sillita de un niño. También hacen que entrar y salir el vehículo no sea complicado al tiempo que favorecen la
insonorización del habitáculo.
El Alfa Romeo Giulia es un digno heredero de los Giulia originales: han logrado traer al s. XXI los sueños del diseño de los años 60.
Interior: Típicamente Italiano
Si la escultura de la carrocería trataba de fusionar las líneas clásicas de cualquier Alfa con una imagen actual, el interior no podía ser menos y aquí es dónde los diseñadores han dejado todo lo que tenían.
Se ve actual, ergonómico, bonito, práctico y muy muy clásico. Nos encontramos con una posición de conducción que puede ser muy baja con las piernas estiradas y el volante en la posición perfecta para ver el cuadro de mandos. Los pedales están posicionados de forma que se hace cómodo el paso del acelerador al freno y viceversa.
Todo está a mano, no necesitamos más espacio ni más de nada, incluso contamos con una guanterita pequeña a la izquierda de la columna de la dirección en la que nos cabe la cartera sin estrecheces (detalle práctico para el pago de peajes o el transporte de la documentación del vehículo).
Todo en el interior del Alfa Romeo Giulia Veloce parece pensado para cumplir con una función y además ser bonito y agradable al tacto. La excepción que confirma la regla es la palanca selectora del cambio, acabada en plástico de calidad dudosa y con un diseño que no parece digno del conjunto, es justo decir en su favor que desde el punto de vista ergonómico es muy buena.
Los asientos delanteros pueden ajustarse desde los mandos eléctricos de forma perfecta pero los botones destinados a las memorias son algo pequeños y están en una posición en la que es posible que confundamos unos con otros.
Ya en la segunda fila de asientos, dos adultos se acomodarán con facilidad y viajarán a gusto, una tercera persona sólo podrá realizar trayectos cortos, y no muy cómoda por un túnel de
transmisión muy intrusivo. Por increíble que parezca
las puertas traseras mantienen la misma calidad, excelente, de las puertas delanteras con un buen nivel de acabado, materiales y tacto.
El espacio de maletero es suficiente para cuatro ocupantes aunque cuenta con los inconvenientes que tiene este tipo de vehículos: la puerta del maletero es algo pequeña para meter grandes objetos pero mayor que de costumbre.
Motor: Potente
El Alfa Romeo Giulia Veloce se pone en movimiento gracias a un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros de
cilindrada que viene acompañado por un
turbo, de este motor se extraen 280 CV de potencia y 400 Nm de par.
Estas son cifras de auténtico deportivo de no hace tantos años. La
aceleración desde parado hasta 100 km/h en 5,2 segundos lo demuestra. (Cierto que en este aspecto la transmisión tiene mucho que decir). Este motor de gasolina se asocia, siempre, a una caja de cambios de
convertidor de par con ocho velocidades que envía todo el par a las ruedas traseras, por lo que en caso de perder tracción, la fuerza será repartida entre ambos ejes.
Este sistema de tracción integral Q4 permite mejorar la aceleración y mejora la motricidad sobre superficies deslizantes.
Este motor es agradable en su funcionamiento y la caja de cambios es increíblemente rápida, parece ser de doble embrague y no utilizar un convertidor de par. Lo único que echo en falta en este motor es que sea capaz de subir más de revoluciones, la línea roja comienza en las 5.500
rpm.
El Giulia deja claro que se trata de una berlina deportiva concebida como tal desde el inicio de su desarrollo.
Acompañado a esto encontrados un selector DNA, con el que podemos modificar la respuesta de la caja de cambios, el motor, la suspensión, la dirección y otros parámetros que no sentiremos de forma tan directa. Si contamos con suspensión adaptativa en el centro del selector tenemos otro botón que nos permite seleccionar un modo “soft” cuando circulamos en modo “Dynamic” que nos permite tener todo los parámetros de conducción en modo deportivo pero filtrar mejor las irregularidades del
asfalto.
En el selector aparecen tres programas:
· Dynamic: El modo deportivo en el que todo se vuelve más duro y directo, el más agradable.
· Natural: Una suerte de modo “normal”, algo intermedio.
·
All Weather: Un modo en el que se suavizan todas las fuerzas que afectan al vehículo para maximizar su
maniobrabilidad cuando circulamos sobre pisos deslizantes
Comportamiento: Digno hijo de Milán
Es verdad que la fábrica de Milán cerró hace algún tiempo y que Alfa Romeo lleva muchos años sin ser una firma independiente, pero es uno de los miembros con mayor solera del grupo
Fiat Chrysler Automobiles; una firma centenaria llena de tradición (recordemos que estuvo en la Fórmula 1 antes que
Ferrari). Esta tradición obliga de forma casi ineludible a que
el aspecto dinámico de los Alfa está muy cuidado (algo menos durante los 23 años de sequía de modelos con tracción trasera) y el Alfa Romeo Giulia cumple con creces, por lo que puede ser denominado “digno hijo de Milan”.
Todo en el Giulia está listo y dispuesto de forma que controlarlo sea fácil, divertido, familiar y, si queremos, exigente. El sistema de tracción integral prioriza de forma evidente al eje posterior aportando la sensación de tratarse de un coche 100 por cien de propulsión, incluso permite ciertos deslizamientos de la zaga.
Es cierto que utiliza
aluminio y partes de fibra de
carbono, pero aún así se mantiene en los 1.600 kg. Por lo que no es un peso pluma; razón por la que sorprenden las sensaciones que transmite al volante, parece un coche mucho más ligero; pues
la dirección rápida y directa permite que el coche reaccione a cada movimiento del volante. También el conjunto de llantas y neumáticos ayuda (aunque me gustaría probrarlo sin run flat). Pues no se han vuelto locos con medidas gigantescas, en ambos ejes equipa neumáticos de 225 mm de anchura (en opción se pueden pedir de 255 mm en el eje trasero).
Todas las reacciones de Giulia son vivas pero previsibles. Se trata de un coche amable con el conductor que obedece sin preguntar por qué debe hacer eso.
Cuando circulamos con tranquilidad es silencioso y agradable, en modo “natural” filtra correctamente las irregularidades del asfalto al tiempo que mantiene un buen nivel de conexión el conductor con la carretera. Los pasajeros también podrán disfrutar de su viaje gracias a la elevada calidad de la rodadura de Giulia.
Pero… también nos gusta divertirnos. Para esto está el modo “Dynamic”, con el que todo se vuelve más directo, más duro y el coche, en su conjunto, transmite más al conductor, mucho más. La dirección pasa a comunicarnos casi todo, quizá sería mejor con algo menos de asistencia, pero gracias a su precisión es una delicia disfrutar de una carretera de curvas con un Giulia.
A ello se le une una respuesta más directa del acelerador y del freno, además de un funcionamiento más rápido y preciso de la caja de cambios.
Los frenos merecen mención aparte, pues se trata de uno de los primeros sistemas de frenos “brake by wire” del mercado en este tipo de vehículos, es decir, no existe una conexión física entre el pedal del freno y la bomba que ejerce presión sobre el fluido hidráulico para poder detener el vehículo. He de confesar que al principio era escéptico pero, tras probarlo, puedo decir que Alfa Romeo ha logrado un buen nivel de “feed back”, ha conseguido que parezca que pisamos un pedal convencional. Lo único que no me ha gustado es que cuando frenamos fuerte, sin llegar a alcanzar una frenada brusca o de emergencia, se activan los warning como si de una frenada de este tipo se tratase.
Enlazar curvas con radios de todo tipo con el Giulia se convierte en un mal vicio que todos deseamos cada mañana. (Si, además, te puedes llevar a los niños, ya tenemos excusa para vivir en medio de la montaña…).
Por último, el territorio urbano, territorio SUV, el
peaje que pagaremos por una excelente estabilidad, control, manejabilidad y disfrute en carreteras y autopistas será que vamos sentados dónde debemos, a una altura óptima del suelo y no en las nubes. Esto significa que en ciudad veremos menos gracias a la moda SUV, que ha logrado que todo el mudo quiera un coche más grande, menos habitable, menos práctico y más inseguro que su equivalente en berlina.
Giulia se enfrenta a esto con su belleza y con un conjunto mecánico muy agradable que te lleva a través de la ciudad de forma excelente, tampoco nos hará falta ir mirando por encima al resto del tráfico, ya somos más que buenos para ir solitos a nuestros quehaceres diarios.
Equipamiento: Todo lo que necesitas
El Alfa Romeo Giulia cuenta con todo lo que puedas necesitar, a excepción de Android Auto y Apple Car play. Nunca pensé que diría esto, pero es que son realmente prácticas estas aplicaciones. No cuenta con ellas porque no equipa una pantalla táctil, elemento que a mí se me antoja bastante incómodo de utilizar en un coche.
· Primero: debo retirar la vista de la carretera.
· Segundo: con el movimiento del vehículo es difícil acertar al “botón” que quiero.
· Tercero: las pantallas no suelen tener un tacto agradable y suelen ser muy sucias.
· Cuarto: viajar con ellas encendidas cansa más la vista.
Así
la pantalla del Giulia es excelente: posee menús en fondo negro que permiten un brillo menor en la oscuridad, se integra perfectamente en el
salpicadero, es posible apagarla con facilidad, no es táctil y se maneja con un elemento central fácil de utilizar y no tiene controles para cosas como la climatización.
Todos los elementos de la climatización se sitúan debajo estando agrupados, son fáciles e intuitivos de manejar al tiempo que poseen un buen diseño.
El Giulia además puede equipar
control de crucero adaptativo, con el que mantener la distancia correcta con el vehículo que nos precede. También cuenta con sistema de detección de vehículos en el ángulo muerto, advertencia de cambio de carril, asistente de
luces de carretera y sistema de frenada de emergencia. Entre otros que son útiles y hacen que la conducción sea más fácil sin llegar a intervenir en ella.
Consumo: El que gustes
Hace no tanto tiempo que hablar de 280 CV y
tracción a las cuatro ruedas era sinónimo de elevadísimos consumos y bromas del estilo “Tienes que llevar el camión de Campsa al lado”. Si bien no deja de ser un síntoma de envidia, siempre ha sido una broma recurrente.
Con el Alfa Romeo Giulia esto puede que haya pasado a la historia. Durante la prueba he podido comprobar cómo es posible recorrer 100 km con 6 litros de gasolina, circulando con el tráfico.
En cuidad esta cifra aumenta hasta situarse, en torno a los 8,6 litros de gasolina necesarios para recorrer 100 kilómetros.
¿Y… cuando queremos divertirnos? Entonces tenemos claro que la eficiencia no será nuestra meta, pero tampoco andaremos en cifras locas ya que siempre nos moveremos entre 9 y 14 litros de
carburante necesario para cubrir nuestra necesidad de diversión. (Momentos en los que no cuidamos la cartera…).
Alfa Romeo Giulia no es un coche, es una “macchina” con alma que sabe mimar y divertir a sus ocupantes a partes iguales. Pocos vehículos en el mercado son tan divertidos, y muchos menos aquellos conjuguen un buen nivel de practicidad y dinamismo como lo hace el Giulia.