El final del calvario de negociaciones y de rumores se acerca para la planta de producción de Opel en Figueruelas (Zaragoza). Según las informaciones surgidas en los últimos días, parece que se están dando los últimos pasos hacia un acuerdo, tanto en la factoría zaragozana como para la definitiva compra de la filial alemana de Opel por parte del fabricante canadiense de componentes para automóviles Magna.
Esta misma semana hemos visto como los trabajadores de Figueruelas han decidido apoyar la tercera de las propuestas realizadas por el futuro dueño de Opel y que contempla un total de 900 despidos, lo que supone una considerable reducción en comparación con el recorte de más de 1.300 personas presentado en el segundo plan y los 1.600 despidos que recogía la idea inicial de la canadiense.
El acuerdo alcanzado por Magna y los sindicatos de la planta zaragozana (con la intervención del Ministerio de Industria y del Gobierno de Aragón) refleja, además de la reducción de los despidos, el compromiso de la empresa de realizar una reestructuración de la plantilla “socialmente responsable” y también de mantener en funcionamiento las dos líneas de ensamblaje actuales de la planta y una capacidad de fabricación instalada de cerca de 480.000 unidades, además de tener que realizar inversiones.
Al mismo tiempo, el documento ratificado por los sindicatos, y que frena los planes de huelga iniciados por los trabajadores, contempla que la planta española de Opel contará con el 72% de la producción de la nueva generación del nuevo Corsa en el año 2013, mientras que la fabricación restante corresponderá a la factoría alemana de Eisenach.
Lo verdaderamente importante de todos estos datos y de esta dura negociación en la que parecía que nadie iba a dar su brazo a torcer es que finalmente se ha llegado a un acuerdo que, aunque contenga medidas traumáticas de reducción de empleo, establece las bases para asegurar el futuro de Opel en España tanto en el corto, como en el medio y en el largo plazo.