Pon tu coche a punto y vete de vacaciones tranquilo
Llega el verano y, con él, el momento de irte de vacaciones. Si has decidido hacer el viaje en tu automóvil es conveniente que, antes de ponerte a circular por la carretera, lo pongas a punto. Puesto que queremos ayudarte en este sentido, este artículo lo vamos a dedicar a explicarte en qué debes hacer especial énfasis para que tu vehículo se encuentre en perfectas condiciones antes de emprender una larga travesía. Tal vez tu coche cumpla con todos los requisitos o sólo necesite de unos pequeños retoques, o tal vez sea el momento de cambiarlo. En páginas como Autohero, dedicadas a la tasación y venta de vehículos, puedes tasar tu viejo coche y saber si por la cantidad que te ofrecen puedes optar a cambiarlo. Y es que a la hora de viajar tu seguridad y la de los tuyos, así como la de los demás conductores, es lo primero.
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Para poner a punto tu coche antes de salir de viaje, el primer consejo que podemos darte es que eches un vistazo al nivel de aceite. Ten en cuenta que, durante el invierno, lo normal es que, debido a los rigores del frío, el vehículo consuma más lubricante de lo que es habitual. De igual modo, tampoco olvides hacer lo mismo respecto al anticongelante y, si detectas o crees que puede haber una fuga, no dudes ni un instante en ponerte en manos de tu mecánico de confianza. Este es uno de los problemas que mayor número de averías ocasiona en la carretera.
El siguiente paso te llevará directo a revisar el nivel del líquido limpiaparabrisas. Puede que, en un principio, no te parezca algo tan importante. Sin embargo, si te imaginas en la situación de ir a 120 km/h por la autovía y que, de repente, el camión que llevas delante suelte un montón de barro procedente de un charco que da directamente en tu parabrisas, probablemente comprendas la relevancia de esta cuestión. Además, si las escobillas están muy gastadas o deterioradas por el sol y el uso, compra unas nuevas.
Aquí te dejamos un vídeo con los consejos básicos para disfrutar de tu coche este verano.
Por su parte, asegúrate de que funcionan todas las luces de tu vehículo y, además, que están bien colocadas para evitar deslumbrar a otros conductores. También recuerda abrir el capó y echar un vistazo al líquido de frenos. En este sentido, más allá de cerciorarte de que el nivel es el correcto, debes comprobar que la presión es la idónea. Para ello, dile a tu pareja o un amigo que te eche una mano pisando el pedal del freno y, mientras tanto, comprueba si baja o no el vaso de expansión.
Ya que tienes abierto el capó, aprovecha y revisa la batería. En el caso de que observes algún líquido saliendo de ella o que los bornes presenten un aspecto rugoso o posean signos de oxidación, no dudes en sustituirla por una nueva. Asimismo, si esto sucede, pide a un mecánico que revise el alternador, por si acaso.
Respecto a los neumáticos debemos decirte que lo primero que has de comprobar es su estado y asegurarte de que no están cuarteados ni sufren cualquier desperfecto, en cuyo caso te recomendamos su sustitución. Si están bien, entonces es momento de ajustar el nivel de presión y de comprobar si están equilibradas, sin olvidarte, eso sí, de la rueda de repuesto, la cual puede salvarte en una situación de emergencia. Puedes comprobar si los neumáticos están equilibrados con solo entrar en una autovía y superar los 100 km/h. Si el volante vibra, llévalo al taller.
Llegado a este punto, solo te queda comprobar que los manguitos y abrazaderas no tienen grietas ni agujeros por los que se puedan escapar los líquidos propios de la mecánica de tu vehículo, así como que los cables, filtros y bujías permanecen en buen estado. De igual forma, asegúrate de contar con todos los elementos auxiliares que pueden serte de gran utilidad en un momento de emergencia como, por ejemplo, el kit de sustitución de la rueda de repuesto (gato hidráulico y cruceta), el chaleco reflectante y los triángulos de emergencia.