Prueba Audi S3

Deportista y caballero

En mayo de este mismo año se presentó la nueva generación del A3 incluyendo su versión más potente, el S3. El motor, un cuatro cilindros turbo con inyección directa y dos litros de cilindrada, alcanza los 265 CV de potencia.

El S3 se ofrece, por primera vez, en combinación con la carrocería Sportback de cinco puertas. Exteriormente, detalles como los logos, las llantas o las luces de posición mediante LEDs son algunos de los detalles que lo diferencian.

Es 25 milímetros más bajo que el resto de la gama, dispone de frenos redimensionados y tracción total con diferencial central Haldex y amortiguadores con tarado variable para combinar confort y estabilidad.

(Vídeo de análisis de interiores)

Muy cómodo en cualquiera de sus plazas, cuenta con ESP desconectable en dos fases así como con un nuevo detalle de la última versión; los amortiguadores de tarado variable. Su equipamiento es muy amplio y, por supuesto, cuenta con climatizador doble controlado por botones que controlan la temperatura a base de pequeños toques.

La aportación de espacio a las plazas traseras es destacable, el cuidado en los detalles forma parte del equipamiento de serie. La capacidad del maletero es amplia a pesar de tratarse de un tracción total, pero esta característica se paga con la incorporación de un kit antipinchazos en lugar de la rueda de repuesto.

La velocidad máxima que puede alcanzar el S3 está por encima de los 250 km/h, pero esta última es la limitación autoimpuesta por el propio fabricante. Aun así, la cualidad más destacada del S3 se encuentra en su capacidad para ser, al mismo tiempo, un compacto premium y un deportivo de pura raza. Acabados, materiales, equipamiento o confort de marcha hacen del S3 una lujosa opción de transporte, pero basta con presionar el pedal derecho un poco más a fondo para comprobar que su mecánica es todo un carácter.

(Vídeo de análisis dinámico)

El efectivo cambio de seis relaciones tiene un manejo rápido y de movimientos cortos, mientras que los pedales metálicos y el apoyo para el pie izquierdo permiten centrarse en la conducción. El curioso diseño del volante no es sin embargo efectivo, pues su manejo en zonas muy viradas llega a plantear problemas por no tratarse de un círculo perfecto.

A pesar de un consumo medio homologado de 8,5 litros por cada cien kilómetros, lo cierto es que no es fácil bajar de los 10 litros en conducción normal y sí lo es superar los 13 a poco que busquemos las prestaciones de su potente mecánica.