Como cada año a finales de agosto, el pasado fin de semana tenía lugar en un exclusivo rincón de la costa californiana un evento en el que se daba cita lo más exquisito y singular del mundo del motor. El
Concurso de Elegancia de Pebble Beach se ha convertido en
un imprescindible para las firmas de automóviles deportivos y de lujo, y allí
BMW nos mostró
un homenaje muy particular a la tecnología turbo.
En el año en que la marca cumple un siglo de historia, y uno de sus modelos más míticos (el 2002) medio siglo, la marca de la hélice acudía a la costa oeste norteamericana con este espectacular BMW 2002 Hommage, el turbomeister, o su particular forma de homenajear al turbo que tanto ha cambiado el mundo del automóvil en los últimos años.
Toda esta revolución arrancó
en 1973, cuando el BMW 2002 Turbo se convertía en el primer modelo europeo de producción en serie en recurrir a este elemento que mejoraba notablemente las prestaciones de este modelo deportivo y allanaba el camino en
la llegada de esta tecnología a la alta competición, alcanzando su punto álgido en 1983 cuando Nelson Piquet se proclamaba campeón del mundo de fórmula 1 con un
monoplaza turbado.
Mucho hay que agradecerle al turbo, y más aún en estas épocas de pujanza del
downsizing en las que el turbo es fundamental. Por todo ello, desde BMW han mostrado en Pebble Beach un nuevo concept
construido nuevamente sobre la base del actual M2 y con un diseño de carrocería prácticamente idéntico al que ya se mostraba meses atrás en el BMW 2002 Hommage Concept.
Las diferencias entre ese y éste, básicamente radican en la decoración, que adopta en esta ocasión un look más deportivo y retro. Concretamente luce un aspecto similar al que mostraban sus vehículos de competición en esa gloriosa época bajo el patrocinio de la famosa bebida espirituosos Jägermeister, por lo que ahora lucen la inscripción turbomeister, haciendo un curioso guiño a ese tiempo pasado.