Disección comparativa
Chevrolet Lacetti vs. Hyundai Accent
Suficiencia sin alardes
Tienen ya algunos años encima y, sin embargo, su pertenencia al segmento de mayor demanda en nuestro país hace que, en los casos en los que la economía aprieta, la decisión por uno de ellos resulte más que lógica. La alternativa entre uno y otro viene servida por haber sido, tradicionalmente, rivales directos.
Quienes todavía no lo sepan o se encuentren un poco despistados al respecto, habrán de aprender acerca del pasado de ambos contendientes. El Lacetti, representante de Chevrolet en el segmento de los compactos, comenzó sus días luciendo el logotipo de Daewoo, es decir, de una marca coreana. Sustituyó al Lanos que, si bien tenía unas líneas básicas bastante acertadas, también es verdad que adolecía de una anchura de vías poco adecuada al ancho de la carrocería, con lo que generaba una imagen algo extraña en la que, siendo atractivo, algo parecía que no encajaba. La aparición del Lacetti en el 2004 fue sin duda un cambio a mejor en todos los aspectos.
La denominación Accent, por su parte, proviene de un automóvil lanzado en 1994 y que siempre estuvo peleando con el representante de Daewoo en el mismo segmento. Ha tenido diversas variaciones y, durante el 2006, se presentó esta nueva interpretación que, siendo sinceros, no es de las más satisfactorias dentro de la familia Hyundai. Es más, la posterior aparición del i30 no ha hecho sino confirmar que el Accent es un automóvil destinado a tener una vida muy breve en la que ha servido de transición hasta la aparición del verdadero adalid de Hyundai en el segmento de los compactos.
Se trata por tanto de dos coches que tienen su nacimiento en Corea y que intentan aportar una alternativa relativamente económica en un entorno donde la calidad ha crecido a ritmos agigantados. Seamos sinceros, ninguno de ellos está preparado para luchar de tú a tú con los mejores del segmento de los compactos pero, a falta de argumentos técnicos o de equipamiento, aportan uno tan importante que puede terminar inclinando la balanza a su favor; el precio.
Con unas tarifas que comienzan en poco más de 13.000 euros en el caso del Chevrolet y en 14.700 para el Accent (aquí no se contemplan campañas que, lógicamente, harán bajar estos guarismos en medidas incluso importantes), el objetivo principal de ambos es el de resultar suficientemente atractivos para aquellos usuarios que requieran un modo de transporte capaz pero sin alardes. Y eso es lo que nos ofrecen.
Paso a paso, el Chevrolet Lacetti y el el Huyundai Accent intentan ofrecer automóviles que enganchen a los compradores con argumentos racionales. Eso sí, al menos a nuestro parecer, la estética del Lacetti hace que puedan llegar a existir compradores tentados por su línea, mientras que tal situación se nos antoja mucho más complicada en el caso del Accent (aunque, como reza el dicho; de todo hay en la viña del Señor)
En la zona más baja de ambas gamas nos encontramos con sendos motores de 1,4 litros de gasolina. El Lacetti se desmarca con una versión verdaderamente básica en la que, por 13.050 euros, nos llevamos un coche “pelado” pero quizás suficientemente satisfactorio para los compradores de menor capacidad adquisitiva. Dentro de su equipamiento tenemos airbags laterales delanteros y Radio CD con MP3, pero no hay aire acondicionado, ni controles de tracción o estabilidad ni sistemas similares, aunque su mayor “pecado” se encuentra en unos parachoques que no van pintados en el color de la carrocería.
No obstante, al compararlo con el Accent sólo existe como gran inconveniente que este último tiene siempre el aire acondicionado, mientras que en el modelo de Hyundai no tenemos ajuste eléctrico de los retrovisores ni volante ajustable en altura, con lo que la diferencia de precio real podría situarse en unos 1.200 euros a igualdad de equipamiento a favor del modelo de Chevrolet.
gama |
Chevrolet Lacetti |
1,4 litros (94 CV) Gasolina |
1,6 litros (109 CV) Gasolina |
1,8 litros (121 CV) Gasolina |
2 litros (121 CV) Diésel |
gama |
Hyundai Accent |
1,4 litros (97 CV) Gasolina |
1,6 litros (112 CV) Gasolina |
1,5 litros (110 CV) Diésel |
Curiosamente, cuando nos pasamos al acabado SX del Lacetti, que está disponible tanto en el motor de gasolina de 1,6 litros como en el dos litros diésel, la comparación con la versión AA (que viene de Aire Acondicionado) del Hyundai resulta mucho más directa. El Hyundai, como en la versión básica, dispone de
airbags de cortina, pero carece de MP3 y de los referidos ajustes de volante y retrovisores.
Y así llegamos al CDX del Chevrolet y al denominado FULL de Hyundai. En el primero se añaden el control electrónico de tracción, los antinieblas delanteros, el
climatizador (porque el aire acondicionado también está disponible en el SX) y elementos como el control de audio integrado en el volante o las llantas de aleación. También Hyundai aporta aquí los antinieblas, el climatizador y las llantas, por lo que se puede decir que existe un férreo marcaje entre ambas marcas. De esta manera, las mayores diferencias entre uno y otro vehículo se pueden encontrar, y no en todos los casos, en las mecánicas.
Los motores básicos de gasolina de 1,4 y 1,6 litros son muy similares en ambos modelos, entregando tres CV más en el caso del Accent en ambas versiones. No obstante, la mayor diferencia en la entrega de potencia de ambos contendientes con dichas mecánicas se debe, fundamentalmente, al funcionamiento del cambio. En el Lacetti encontramos una transmisión demasiado tosca en su funcionamiento, que requiere marcar mucho los movimientos, cuenta con desarrollos muy largos y llega a impedir un manejo vivo del mismo. El Accent, sin ser una maravilla de la técnica, está mejor resuelto, y ofrece mucha mayor capacidad para exprimir las posibilidades de las mecánicas.
El 1.8 del Lacetti se queda solo frente al Accent, pues no existe un motor de gasolina de similares cifras de potencia y par en su rival. Este
propulsor hace del Lacetti un automóvil muy agradable de conducir en todo tipo de terrenos siempre que no seamos demasiado impulsivos ni busquemos un gran ahorro de
combustible, pues no se tiene pretensiones deportivas y sus consumos resultan relativamente elevados. Aun así, muchos usuarios de conducción tranquila y que realicen pocos kilómetros encontrarán en él a un agradable compañero de viaje.
Por lo que respecta a los diésel, el voluntarioso 1.5 del Accent debe enfrentarse a todo un dos litros, y dicha diferencia queda claramente marcada en el funcionamiento de cada uno de ellos. El Lacetti es indudablemente superior en cualquier circunstancia aunque su transmisión esté peor resuelta. No importa el tipo de terreno al que nos enfrentemos, el Lacetti se mueve sin pereza y la gran fuerza de la mecánica (muy superior a la ofrecida por el gasolina) hace que su carrocería parezca incluso liviana. El Accent también se mueve con soltura, pero la menor
cilindrada impide igualar la sensación de fuerza de su rival.
Hasta ahora tenemos por tanto un empate a puntos, pues mientras la mecánica sea de similares características anda mejor el Accent, aunque el Lacetti se quita la espinilla con un par de motores (el 1,8 de gasolina y el 2,0 diésel) claramente más potentes y satisfactorios que las mecánicas aportadas por su rival. Pero toda esta situación da un vuelco importante cuando analizamos otros dos puntos vitales; los acabados y la estabilidad.
Empezando por el primero de ellos nos ha sorprendido la situación del Accent. Ya en la presentación del i30 e incluso en otros eventos de la marca, se notaba que los responsables de Hyundai intentaban no dar demasiado juego al Accent, habiendo llegado a señalar en alguna ocasión que se trata de un automóvil principalmente dirigido a mercados emergentes. Esta situación se ha visto perfectamente reflejada en algunas de las unidades que han pasado por nuestras manos, pues existían defectos de acabado que –ponemos la mano en el fuego- serían inadmisibles en cualquier otro modelo de la marca.
Aunque quizás no puede observarse gien en las fotos la terminación interior del Accent tiene, por decirlo así, falta de mimo. Estamos seguros que ello no implica que se vaya a romper antes de tiemp
o o que los usuarios encuentren problemas de importancia en elementos de seguridad pero, considerando que Hyundai está apostando por la calidad, el compacto de la marca es el claro ejemplo de lo que no deberían poner en el mercado. En nuestra opinión –no contrastada con los responsables de la marca- Hyundai España se ha visto obligada a comercializar este modelo, pero son conscientes de que es un automóvil que tiene poco que ver con sus pretensiones de futuro.
Ante tal situación el Lacetti aprovecha para mostrar un aspecto en el que está mejor resuelto. Su estética es francamente agradable, aunque los materiales empleados -en los que el plástico duro está presente en muchos elementos- no son tampoco del tipo al que nos tienen acostumbrados otras realizaciones del segmento. Los ajustes, no obstante, son buenos, y la sensación general es la de estar en un automóvil que, al menos, va a durar bastante tiempo en condiciones similares a las del día de su adquisición.
Y nos habíamos dejado la estabilidad para el final. También en este aspecto se nota lo comentado respecto al Accent que, al contrario de la excelente realización de su hermano i30, no es un modelo pensado para el mercado europeo. Así queda reflejado por ejemplo en su batalla, demasiado corta para las dimensiones exteriores. Con ella, la agilidad en carreteras de montaña mejora, pero como las
suspensiones no son muy avanzadas y pecan de blandas, resulta que la sensación al volante es la de no tener tanto control como en su rival.
Tenemos por tanto que, en un veredicto final, nuestra elección se queda en el Lacetti. Como dijimos al principio, no se trata de un automóvil realizado a la última, pero conociendo sus grandes virtudes y sus pequeños defectos (y no tan pequeños como en el caso de la imposibilidad de contar con
control de estabilidad) se nos antoja como una opción recomendable para muchos compradores. El Accent, por su parte, no hace honor a una marca en la que encontramos tan insignes representantes como el i30. De hecho, si somos fieles a esta marca es mucho más satisfactorio forzar un poco más el bolsillo y optar por el verdadero compacto de Hyundai que, dicho sea de paso, será también más tentador que el Lacetti.