estrellasestrellasestrellasestrellasestrellas

Presentación gama Volkswagen Vehículos Comerciales y contacto con el Volkswagen Caddy 2.0 TDI Bluemotion

Por Javi Martín

Alternativa interesante a los monovolúmenes convencionales

Volkswagen Caddy 2.0 TDI Bluemotion 2016

Al sur de España, en Andalucía, situada en una depresión a orillas del Guadalquivir y al pie de Sierra Morena, se encuentra la ciudad de Córdoba, uno de los lugares más bonitos de España cuya historia es digna de conocerse. Un lugar cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, diez años después de haberlo hecho con una construcción tan espectacular como es la Mezquita-catedral de Córdoba y que no debéis dejar de visitar si viajáis allí.

Una de las ciudades mejor conservadas de España y el lugar elegido por Volkswagen Vehículos Comerciales para presentarnos su gama de modelos que a día de hoy, se ha renovado en un 80% a falta del Volkswagen Crafter, para el que nos han prometido novedades muy importantes (como la separación definitiva de Mercedes) y a falta también del Amarok, cuyo reemplazo está en camino. Gama que en 2015 creció en nuestro mercado un 18% con 10.500 unidades matriculadas con el Volkswagen Caddy a la cabeza.

 

Precisamente fue el modelo que eligió un servidor aprovechando que había varios modelos disponibles y teniendo en cuenta que mi compañero Carlos, ya pudo testar el Volkswagen Amarok y el T6 Multivan. Pero antes de entrar en materia con el Caddy, hay que hablar, como no, del ‘dieselgate’, pues nos comentaron que a finales de mes comenzarán con las intervenciones en los motores 2.0 TDI, habiendo contactado con los clientes afectados, pero aún con mucho trabajo por hacer pues están empeñados (y me parece genial) en contactar con todos los clientes, incluso con aquellos que adquirieron un coche afectado de segunda mano, para lo que están colaborando con la DGT.

 

Volkswagen Caddy 2016

 

Tras esto podemos comenzar a hablar del Caddy, modelo que se ha renovado recientemente presentando su cuarta generación tras vender en los últimos 12 años 1,5 millones de unidades. Además, Volkswagen tiene planes interesantes para el modelo, como su homologación para taxi y una apuesta también por motores alimentados por gas natural, que ofrecen una autonomía actualmente de entre 600 y 760 km y por ejemplo, en Madrid, son comunes entre los taxistas. También nos dijeron que está descartada una versión de motor eléctrico pues las actuales baterías no ofrecen autonomía suficiente para el objetivo principal del modelo, el reparto de mercancías y también hay que sumar las ventas de los rivales que sí lo ofrecen, que son nimias.  

 

Como siempre, el Volkswagen Caddy se ofrece en dos versiones, la furgón y la turismo, que podría pasar por un monovolumen compacto, tanto por conducción como por espacio disponible en su habitáculo. En esta ocasión, la unidad con la que pude rodar era un Caddy 2.0 TDI Bluemotion con acabado Tredline, aunque con algún que otro extra como el navegador con cámara trasera, cuyo funcionamiento es bastante bueno, el cambio automático DSG de seis relaciones, las llantas de aleación de 17 pulgadas y neumáticos 205/50, mandos por voz o los sensores de aparcamiento atras. La verdad es que estéticamente era muy atractivo, con carrocería color rojo, las barras del techo plateadas y esas llantas opcionales… además, tenía el listón del salpicadero del mismo tono de la carrocería, terminando por borrar completamente su origen comercial.

 

En los pocos kilómetros que pude recorrer no puede comprobar todo lo que me hubiera gustado, pero sí puedo comentar algunas cosas que vi. Su conducción, como cabe esperar, es como la de un turismo, no hay diferencia alguna ni en tacto, ni en comportamiento ni en posición de conducción, aunque eso es ya algo normal en este tipo de furgonetas. Todo esto lo posiciona como una alternativa muy interesante a los monovolúmenes convencionales, sobre todo por la comodidad de sus puertas traseras correderas, que pueden ser de gran ayuda a la hora de subir y bajar a los más pequeños del coche.

 

Interior Volkswagen Caddy 2016

 

Otra cosa que me gusta especialmente es que el cuidado que se pone en la realización. A pesar de que los plásticos son de tacto duro, algo común en este tipo de vehículos, su factura es bastante buena y si bien ya no es raro verlo, no deja de ser algo destacable, aunque estando firmado por Volkswagen me hubiera llamado más la atención el caso contrario. La sensación no es la de estar en una furgoneta, sino la de estar a los mandos de un turismo normal, un tema que puede resultar definitivo para ciertos clientes y puede decantar la compra hacia un lado u otro. Había algún ruidito, sobre todo de la parte trasera, pero la sensación era bastante agradable y la pantalla del navegador ayuda a esa sensación a pesar de que su posición obliga a mover la cabeza en exceso, suerte que en entre los relojes de la instrumentación puedes ir viendo las indicaciones y tienes la típica opción de aviso por los altavoces.

 

En el caso de la mecánica, yo me decidiría por otra. A mi parecer sus 102 CV se quedan cortos y aunque no hay problemas para rodar por encima de los 120 km/h, los adelantamientos, por ejemplo, se vuelven delicados y el cambio DSG tampoco ayuda. Si no fuera por cosas como esa, el conjunto motor-cambio es totalmente satisfactorio aunque, y puede que sea cosa de la unidad que conduje, no logre iniciar la marcha con suavidad ni una sola vez. Al soltar el freno el coche comienza a andar sin necesidad de acelerar, por lo que se debe hacer con algo de suavidad, pero al acelerar, daba la sensación como si el embrague se acoplara demasiado rápido y resultaba un poco incómodo. Una vez en marcha, perfecto. Por cierto, olvídate del modo ‘S’ del cambio, es mejor manejarlo en secuencial para adelantamientos o para salidas desde parado en situaciones que requieran cierto reprís.

 

Una última cosa antes de terminar y es comentar lo incómodo que resulta abrir el portón trasero. Éste pivota sobre el techo y se levanta por completo, dejando totalmente la trasera abierta. El portón es grande, toda la zaga casi al completo se levanta y obliga a echarse hacia atrás y luego a la hora de cerrarlo, tienes que estirarte y coger la cincha colocada expresamente para tirar de él, con cierta fuerza por cierto. ¿No sería mejor usar una puerta trasera doble hoja? Resultaría más cómodo abrir atrás con unas puertas más pequeñas que pivotan hacia los laterales.

 

2.0 TDI Bluemotion


¡Ah! se me olvidaba. Hay una cosa que nunca probamos, a nadie nos gustaría hacerlo de hecho, nadie está tan loco de querer probar los sistemas de seguridad electrónicos. Bien, pues yo si probé uno de los sistemas, el asistente de frenada de emergencia en ciudad, pero no por voluntad propia que conste. Estaba en una recta con una visibilidad perfecta, cuando el coche de delante se echó hacia la línea central para hacer un giro a la izquierda. Empecé a frenar suavemente para adelantarle por la derecha a baja velocidad, cuando el coche, debió detectar peligro de colisión por alcance y activo el sistema de frenada de emergencia emitiendo un pitido en el habitáculo y casi seguido, aplicando los frenos al máximo. El susto que me llevé me duró los siguientes cinco minutos, pero el sistema funciona y resulta muy extraño la sensación del coche frenando por su cuenta y riesgo y además, a fondo.

 

Seguro Express
¡Calcula el seguro de tu coche en
tan sólo 30 segundos!
Suscríbete y recibirás gratis nuestro boletín de noticias de motor.