En un vehículo como el Fiat Freemont las plazas posteriores son uno de los lugares más importantes del vehículo. Ya sea por el espacio disponible para los verdaderos reyes de la casa o porque se desee transportar objetos de gran tamaño, los potenciales propietarios del Freemont deben encontrar buenas cualidades por detrás del asiento delantero si éste ha de ser el modelo elegido.
En el aspecto del espacio disponible para ocupantes no existirá ningún problema, pues tanto en altura como longitudinalmente el Freemont permite acomodar sin problemas a ocupantes de más de metro ochenta, por lo que si estamos hablando de niños éstos encontrarán un gran espacio para viajar confortablemente. En este caso, además, tres pequeños sí que podrán viajar con bastante comodidad, mientras que tres adultos caben aunque apretándose un poco más. La forma del respaldo está pensada para dar excelente acomodo a dos adultos en las plazas laterales y tener a un ocupante extra en el medio que, si es un niño irá relativamente bien, pero que tratándose de un adulto no contará con gran espacio ni con un respaldo confortable.
Cuando los ocupantes no son demasiado grandes se puede además aprovechar mejor el maletero gracias a que la banqueta es deslizable longitudinalmente lo que, unido a la posibilidad de reclinar los asientos, dota ya al Freemont de una polivalencia similar a la de muchos monovolúmenes, sobre todo si además contamos con las dos plazas supletorias que permiten dar cabida hasta a siete ocupantes.
Para conseguir un buen confort climático se dispone de salidas de aire con mandos exclusivos para estas plazas que se controlan además desde la propia zona posterior, permitiendo así mayor independencia de las plazas delanteras. Pero quienes tengan niños todavía pequeños estarán sobre todo encantados de poder contar con los asientos infantiles integrados, un elemento que mejora la seguridad de los más pequeños además de ser mucho más cómodo para los progenitores, que pueden olvidarse de las siempre engorrosos sistemas de retención infantil añadidos al vehículo.
Por delante de los asientos posteriores, en el suelo, se ubican sendos huecos portaobjetos con tapa e impermeables, ideales para poner los juguetes de los más pequeños o también para llevar latas (con hielos incluidos) a cualquier salida familiar. También contamos con una toma de corriente de tipo mechero en estas plazas, lo que será muy útil para enchufar todos esos juguetes o sistemas cada día más habituales también para los más pequeños, incluyendo por ejemplo los DVD portátiles o las consolas de videojuegos.
Como último detalle a reseñar el Freemont cuenta en sus puertas traseras con unas ventanillas que descienden completamente. Aunque hoy en día debido al aire acondicionado ya no existe tanto problema con las ventanillas, lo cierto es que es de agradecer contar con un sistema que permite a los pasajeros no sólo viajar con buen espacio y soluciones sino, además, con la posibilidad de optar por abrir la ventanilla y disfrutar del viaje a la antigua usanza... con la ventanilla abierta y dejando que sea el aire exterior el que refresque el habitáculo. Con un automóvil tan viajero y familiar como el Freemont, este detalle también es importante.
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