Entre los elementos a destacar del nuevo Ford B-Max es, a nuestro modo de ver, el sistema infotainment denominado SYNC, con su control por voz. Está realizado junto a Microsoft y permite obtener una buena seguridad activa gracias a los muchos controles que se pueden realizar sólo con la voz. No obstante, la pequeña pantalla central es demasiado pequeña; un elemento tan bien realizado merecería algo de mayor tamaño que, a buen seguro, no supondría mucho más coste de realización.
En el caso del Ecoboost de un litro y 120 CV de potencia el funcionamiento mecánico es más que destacable, pero con matices importantes. Por un lado resulta importante dejar claro que, si bien tiene unos consumos relativamente contenidos, en ningún caso se sitúa en los excelentes niveles de los motores diésel, y eso que acaba de proclamarse por segundo año consecutivo como uno de los elegidos en el aclamado "Engine of the Year". Además, junto a esta mecánica se ofrece un cambio de sólo cinco relaciones, cuando muy probablemente una sexta marcha hubiera permitido ofrecer mejoras en el consumo.
En cualquier caso hemos de decir que quienes piensen en esta versión como transporte habitual para recorridos cortos en los que llevar a los niños al cole y no realizar demasiados kilómetros encontrarán en ella un motor tremendamente agradable y carente de vibraciones, una particularidad de la que dudábamos antes de coger el coche por tratarse de un tricilíndrico de escasa cilindrada pero que nos ha convencido plenamente.
Vídeo sobre razones de compra del Ford B-Max 2013
Entre las grandes ventajas de este vehículo encontramos sin duda el acceso a las plazas traseras. Como ya comentamos en la prueba dicha ventaja no proviene de la ausencia de pilar central que, a decir verdad, no vemos nosotros como una ventaja en si misma, sino por la apertura corredera de las puertas traseras. Con este sistema tendremos un amplio hueco para ubicar a los niños o acceder a las plazas posteriores, aunque deberemos ser algo más cuidadosos en su apertura y cierre al dejar aparcado el vehículo en cuestas.
Un elemento que nos hace dudar también en cuanto a fiabilidad y seguridad pasiva a largo plazo es el anclaje del cinturón a los asientos delanteros. Esta ubicación, obligada por la ausencia de pilar central, se une al hecho de que las unidades probadas contaban con cierta holgura en la regulación de inclinación, haciendo así pensar que quizás con el tiempo podamos tener problemas con tan importante elemento de seguridad.
Como vehículo familiar el maletero no es uno de los elementos que más nos haya gustado. Curiosamente sí que dispone de bastante espacio, con una capacidad de carga que se sitúa en 320 litros pero que puede ampliarse hasta los 1385 gracias a la excelente modularidad, que incluye la posibilidad de abatir el asiento del acompañante. Lo que no nos ha gustado ha sido la presencia de un doble suelo en el que además no existen huecos fijos para, por ejemplo, ubicar el respuesto obligatorio de luces o los triángulos de emergencia, contando además con una altura de carga algo sobreelevada y una anchura general que no facilita el transporte de objetos voluminosos.
Entre las cualidades destacadas del Ford B-Max está sin duda su excelente tacto al circular por carreteras viradas. Los amantes de la conducción encontrarán muy satisfactorio tanto el tacto de volante y cambio como las reacciones de la dirección y la suspensión, aunque esta última puede pecar a veces de algo seca pero que junto al trabajo de la dirección ofrece una seguridad activa excelente y un perfecto guiado en todo tipo de circunstancias.