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Ford Mondeo: Análisis y pruebas realizadas al modelo Ford Mondeo

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Prueba Ford Mondeo 2015 (cuarta generación)

Por David Ayala (periodistamotor)

2 de 5: Confort con alma deportiva

Estamos ya ante la cuarta generación del Ford Mondeo y en esta ocasión nos vemos obligados a tomar el apunte fácil y decir que este coche, como el vino, mejora con los años. Siendo una perogrullada -mal iríamos si unas generaciones no mejoraran a las anteriores- se trata de una afirmación contundente al considerar que no ya la tercera, sino incluso la segunda generación de este modelo, contaba con un excelente comportamiento y buena pisada en todo tipo de carreteras.

La tecnología, sin embargo, ha ido avanzando año tras año, y lo que hace sólo diez años estaba en lo más alto queda pronto superado por nuevas creaciones. En el caso del Ford Mondeo de cuarta generación estamos ante un vehículo capaz de unir algunas características casi antagónicas. Con un comportamiento excelente, la pisada del Mondeo inspira gran confianza en carreteras amplias pero también inscribe al vehículo con gran fidelidad de trayectoria en carreteras de segundo orden. A pesar del peso del conjunto el morro no se hunde al afrontar curvas más cerradas a buen ritmo, manteniendo el coche siempre una agradable horizontalidad al tiempo que el conjunto redondea la trayectoria y pisa con contundencia pero sin golpeteos.

Desde la marca han querido conseguir un gran equilibrio entre confort y estabilidad y, a nuestro juicio, han hecho un gran trabajo. Pero no sólo eso, sino que también han conseguido ofrecer un tacto que lleva al conductor a sentir que está a bordo de un automóvil contundente, casi pesado, y estamos hablando de un coche que ha rebajado sutilmente su peso a pesar del aumento de tamaño del conjunto.

Las suspensiones delanteras siguen manteniendo un esquema prácticamente idéntico a la tercera generación aun cuando la gama actual dispone de hasta tres configuraciones de la dirección de asistencia variable para adaptarse a las diferentes mecánicas. La trasera sí ha variado para conseguir mejorar el confort sin menoscabo de la eficacia, manteniendo un esquema multibrazo pero con una geometría diferenciada que busca limitar las sacudidas secas típicas del paso por baches. En la versión familiar, además, se ofrece una suspensión autonivelante para mantener siempre el coche horizontal independientemente de la cantidad de carga adicional que ubiquemos en la parte posterior.

A falta de probar el nuevo Volkswagen Passat nuestra sensación es que el Ford Mondeo es tan cómodo y contundente como el Citroen C5 pero mucho más dinámico y ágil en carreteras secundarias, ofrece mayor confort que el también efectivo Opel Insignia y se nota mucho más coche que el ya antiguo Renault Laguna.

Autor: David Ayala