Lo que más busca cualquier aficionado es deportividad y sensaciones. Puedes comprobarlo, busca a un amigo que le gusten los coches y preguntale cuales son sus favoritos (así en plural, porque si es un auténtico aficionado es imposible que solo tenga un favorito), verás como la gran mayoría dice coches con, como poco, aspecto deportivo, cuando no son deportivos directamente. También es posible que sea del otro bando, de los distinguidos y lujosos, de los coches de representación y máximo lujo, coches con muchísimos seguidores en el mundo igualmente.
No obstante, también están aquellos que buscan las dos cosas, deportividad y lujo a raudales, sin escatimar en nada, para quienes firmas como Aston Martin o Jaguar toman otra dimensión. Las dos son marcas con un pasado en competición totalmente envidiable, con vehículos de calle cuyo lujo y distinción es bastante elevado, pero en ocasiones, su espíritu rebelde, esas ganas de armar jaleo al más puro estilo macarra, suele descontrolarse y destacar por encima de ese lujo que les caracteriza, como le ha ocurrido a Jaguar con su F-Type SVR, que ha dejado un poco de lado su aristocrático pasado para meterse de lleno en el mundo de los pura sangre, o al menos, acercarse todo lo posible y además, con intenciones un poco truculentas.
La culpa es de la división de vehículos especiales de Jaguar, SVO (Special Vehicles Operations), que se han visto libres y sin ataduras y se han dejado llevar hasta crear el Jaguar F-Type más potente y rápido hasta la fecha, capaz de llegar hasta los 322 km/h. Este felino con mala leche se dejará ver en el Salón del Automóvil de Ginebra tras haber dado durante mucho que hablar cierto tiempo, con diversas publicaciones de imágenes por parte de Jaguar, así como de algunos datos que han ido ‘dejando caer’ poco a poco hasta hace unos días, que lo presentaron finalmente con una buena galería de fotos y todos los datos.
Es el primer vehículo que la división SVO desarrolla y el resultado es mucha deportividad, sólo tienes que ver su aspecto y ojo, que no es simple decorado. Se ha trabajado en la aerodinámica del modelo para ganar en agarre, con un nuevo alerón trasero activo fabricado con fibra de carbono, así como un difusor trasero del mismo material con los terminales de escape integrados. Por cierto, el escape se fabrica con titanio y rebaja nada menos que 16 kilos al usado en un F-Type. Obviamente, el frontal también recibe su particular tratamiento aerodinámico para mejorar el flujo del aire y el apoyo del mismo a altas velocidades.
Hay más cosas evidentemente, como una nueva puesta a punto de las suspensiones junto a unas nuevas barras estabilizadoras y una revisión completa del chasis para asegurarse de que soporta bien los esfuerzos a los que estará sometido, porque podemos asegurar que todos aquellos que puedan permitirse los 158.600 euros que cuesta el coupé (166.600 euros el descapotable) no lo van a usar para ir de paseo. Menos aún cuando su motor, el V8 de 5 litros sobrealimentado por compresor, ofrece 575 CV y 700 Nm de par que llegan al suelo a través del sistema de tracción total de Jaguar, visto ya en sus hermanos.
Si queréis más detalles sobre el F-Type SVR, este aristócrata que se salta todos los protocolos, podemos comentar que el software de control electrónico se ha visto revisado y cuenta ahora con nuevos programas para el control de estabilidad, así como para la suspensión activa, el diferencial electrónico o el cambio automático. Incluso el sistema de tracción total se ve afectado para adaptarse a su nuevo menester. Además, y para que no nos dejamos nada por el camino, el coche es 25 kg más ligero que un Jugar F-Type AWD, cifra que asciende a 50 kg si equipa los frenos cerámicos en opción.
Ya se admiten pedidos y las entregas comenzarán en verano.
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