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Kia Stinger, prueba express

Por Gregorio Arroyo

Kia Stinger, foto delantera

Muchas veces los fabricantes avanzan espectaculares concept con el objetivo de sondear las reacciones del público. Kia lo hizo hace seis años con el GT Concept y en 2014 lo matizó con el GT4 Stinger. La buena acogida que tuvieron en su día ha dado consigo el vehículo definitivo de calle que hemos probado, un Gran Turismo de corte deportivo que se encuadra en un segmento Premium por mérito propio. Un salto estratosférico, sin duda, aunque la marca coreana seguirá siendo un fabricante generalista más allá de esta aventura extraordinaria.

 
El Kia Stinger se fabrica en Corea del Sur, mide 4,83 metros de largo, 1,87 de ancho y sólo 1,40 de alto, y se presenta con una atractiva silueta. Monta por dos motores de gasolina, un 2.0 con 255 CV y un 3.3 V6 con 370, además de un diésel 2.0 CRDi que eroga 200 CV. El más potente monta tracción total, sistema también disponible en el turbodiésel; el resto apuesta por la propulsión trasera (es la primera berlina que presenta esta solución en Kia) y en todo los casos la transmisión es automática con convertidor de par de ocho relaciones.
 
Kia Stinger, foto trasera
 
Más allá de gustos estéticos, que ya avanzamos que ha llamado y mucho la atención durante los dos días que hemos tenido ocasión de conducirlo, el Stinger presenta detalles específicos, como unos faros Led, branquias aerodinámicas junto a las ruedas delanteras, un difusor trasero integrado o las cuatro salidas de escape ovaladas que ya nos adelantan en parte sus intenciones.
 
El interior se remata con una calidad que nada tiene que envidiar a la de rivales del corte de Volkswagen Arteon, Infiniti Q50 o Audi A5 Sportback (este último es el mejor rematado en este aspecto) y tampoco tendremos grandes problemas para encontrar la mejor postura al volante. Los asientos delanteros son confortables, cuentan con numerosas regulaciones eléctricas, incluida la sujeción lateral, y están calefactados y ventilados. La banqueta se sitúa cerca del piso para lograr una posición más deportiva.
 
Kia Stinger, foto salpicadero
 
Los principales mandos se ubican de una manera lógica, el cuadro de mandos no goza de la espectacularidad de las pantallas digitales que presentan el Arteon o el A5 y en el salpicadero se ubica una pantalla táctil de 7 u 8 pulgadas que ofrece numerosa información, incluida la de corte deportivo, como fuerzas G o un crono para medir tiempos por vuelta en un circuito. También incorpora un Head up Display a color en el parabrisas muy útil para no tener que apartar la vista de la calzada, detalle que se agradece cuando se circula rápido.
 
En la consola central destaca el asistente de conducción que nos permite elegir entre cinco programas diferentes: Smart, Eco, Comfort, Sport y Sport+. Según sea uno u otro el elegido, cambiará su personalidad al modificar los parámetros del motor, del cambio, de la dirección, de la suspensión electrónica y de la tracción total. No hay opción para configurar esos elementos de una manera individual.
 
Kia Stinger, foto asientos traseros
 
Detrás, una de cal y alguna de arena. El acceso no es tan confortable debido a las formas más irregulares de las puertas y a la pronunciada caída del techo. Una vez dentro sorprende el espacio para las piernas y algo menos si miramos hacia el techo, aunque con 1,70 de altura no tuve ningún problema en este sentido. Eso sí, la plaza central no es especialmente cómoda debido a un túnel de la transmisión demasiado voluminoso. Por su parte, el maletero cubica 406 litros de capacidad, una cifra que le sitúa por debajo de sus principales rivales. En caso de necesidad crece hasta los 1.114 abatiendo el respaldo trasero (40/60). El portón es eléctrico y cuenta con una práctica función manos libres.
 
Kia Stinger, foto maletero
 
El chasis recurre a un esquema de suspensión McPherson delante y un eje multibrazo  detrás. Además de los mencionados amortiguadores controlados electrónicamente, las versiones con propulsión trasera presentan un autoblocante electrónico, mientras que las dotadas con tracción total contemplan un reparto inicial del par del 60 por ciento a las ruedas traseras y un 40 por ciento a las delanteras, aunque esa proporción varía luego en función de las necesidades. La versión más potente de gasolina monta llantas de 19 pulgadas y unos frenos Brembo de altas prestaciones. La puesta a punto del Stinger se ha llevado a cabo en el circuito de Nürburgring.
 
Bajo el generoso capó el Stinger presenta tres motores, todos ellos made in Kia, turboalimentados y dispuestos longitudinalmente. A pesar de ser un modelo deportivo no se pone de perfil a la hora de contemplar un motor diésel. Es la variante de acceso en cuanto a potencia y precio se refiere y se basa en un bloque 2.0 CRDi que ofrece 200 CV y 440 Nm de par máximo. Esta versión alcanza los 230 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos y el consumo medio homologado es de 5,6 litros. Si porta tracción total se incrementa hasta los 6,4 litros.
 
La versión más equilibrada quizás sea el gasolina 2.0 T-GDI de 255 CV y 353 Nm. En este caso se mejoran las prestaciones hasta los 240 km/h y 6,0 segundos en el 0-100 km/h, mientras que el consumo se fija en 7,9 litros de media. Sólo está disponible con propulsión trasera. En lo más alto se sitúa el poderoso 3.3 V6 biturbo. En este caso son palabras mayores porque la potencia es de 370 CV, el par se sitúa en 510 Nm y alcanza los 270 km/h, necesitando sólo 4,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. Sólo se comercializa con tracción total y como el resto se asocia a una transmisión automática de ocho relaciones con función secuencial mediante unas levas situadas en el volante. Las tres versiones cuentan con la función Launch Control para registrar unas aceleraciones desde parado perfectas, sin perder tracción, y presentan una dirección electromecánica variable.
 
Kia Stinger, foto lateral
 
En nuestra toma de contacto tuvimos ocasión de probar las tres motorizaciones. Comenzamos fuerte porque el estreno se produjo en un revirado circuito de velocidad con el propulsor V6. Es el que suena más 'bonito'. Accionamos el modo Sport+ que desconecta la electrónica (queda latente el control de estabilidad) y comienza el juego. Sube de vueltas rápidamente hasta las 6.000 rpm, los cambios de marcha son rápidos y la dirección (con 2,5 vueltas de volante entre topes) es directa y brilla a gran altura, lo mismo que los frenos Brembo, que no desfallecen pese al esfuerzo realizado en pista. Lo que más nos sorprende es que el conjunto resulta mucho más ágil de lo que los 1.896 kilos de peso nos hacía presagiar. Las sensaciones son brutales porque la electrónica nos permite cruzar el coche a las salidas de las curvas y si pisamos el acelerador con energía  por los retrovisores comprobamos que en ocasiones dejamos humo blanco procedente de los neumáticos patinando sobre el asfalto. En carretera, su extraordinaria solvencia provoca que adelantar sea un juego de niños, aunque en ocasiones el sonido de la transmisión se hace notar.
 
La opción más equilibrada a nuestro entender es la versión de acceso en gasolina. Ofrece un rendimiento extraordinario y resulta más ligero que sus hermanos de gama, además de ofrecer un feeling más deportivo debido a su condición de propulsión trasera.  Por último, el diésel no resulta especialmente sonoro ni tampoco las vibraciones llegan de una manera palpable al interior, aunque lógicamente no goza del nivel de refinamiento general con el cuentan los dos gasolina. Si somos de los que recorremos muchos kilómetros el consumo será una baza de peso, pero no parece que el ahorro de mil euros con respecto al 255 CV gasolina sea una razón vital. 
 
Kia Stinger, foto detalle pantalla salpicadero
 
No hemos notado grandes diferencias a la hora de apostar por uno u otro programa en el Drive Mode Select. Incluso en un trazado con asfalto muy irregular las diferencias de confort entre los dos modos más extremos no son especialmente relevantes a nivel de  una amortiguación que neutraliza todo con una gran naturalidad, impropia casi de un deportivo de estas características. Por cierto, al arrancar el motor el modo Comfort se activa por defecto. En Smart todo se ajusta de una manera automática en función del tipo de conducción que se practique, el modo Eco prima el consumo, el Sport la dinámica y las prestaciones y el Sport+ desata la tormenta perfecta.
 
Kia Stinger, foto detalle cuadro de mandos
 
La dotación de seguridad contempla una alerta de fatiga del conductor, elemento que se estrena en Kia. Además añade una frenada autónoma de emergencia que reconoce vehículos y peatones, una alerta de cambio involuntario de carril que corrige incluye la trayectoria, un control de velocidad de crucero adaptativo, un asistente de ángulo muerto, un lector de señales de tráfico, una alerta de tráfico cruzado en la zaga, luces de carretera inteligentes, faros adaptativos, cámara de visión 360º…
 
El Kia Stinger llega en noviembre y se comercializará con cuatro niveles de acabado. El Style, xTreme y GT Line están disponibles con las variantes de dos litros, mientras que el completo GT sólo se asocia a la mecánica V6 de 370 caballos.
 
 
PRECIOS

GASOLINA
2.0 T-GDI STYLE 255 CV             38.900 euros
2.0 T-GDI XTREME 255 CV              42.650 euros
2.0 T-GDI GT LINE 255 CV              48.150 euros
3.3 T-GDI GT 4x4 370 CV                54.150 euros
 
DIÉSEL
2.2 CRDI STYLE 200 CV      37.900 euros
2.2 CRDI XTREME 200 CV      41.650 euros
2.2 CRDI XTREME 4x4 200 CV          43.650 euros
2.2 CRDI GT LINE 200 CV      47.150 euros
2.2 CRDI GT LINE 4x4 200 CV      49.150 euros
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Publicado el: 05/10/2017
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