La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil estrenaba días atrás hasta 85 unidades destinadas a las labores propias de la patrulla en carretera. Hasta aquí todo normal, si no fuera por el modelo tan especial adquirido por la Benemérita. Un modelo muy diferente y bastante más exclusivo que el SEAT León ST FR TDI de 150 CV, del que el cuerpo sumó 249 unidades en enero.
Y es que, la Guardia Civil confía nuevamente en la firma británica especialista en 4x4 para dotar a sus agentes de tráfico de su principal herramienta de trabajo: su vehículo patrulla. Tras varios años de leal servicio por parte del Land Rover Freelander, ahora la el instituto armado suma ahora su segundo modelo de la marca, el Land Rover Discovery.
La adquisición de estos vehículos, llevada a cabo mediante adjudicación pública, supone la incorporación a la flota del cuerpo policial de 85 Land Rover Discovery 2.0 SD4 SE. O lo que es lo mismo, un 4x4 premium, perfectamente equipado y dotado con un motor diesel de 240 caballos de potencia y cambio automático de ocho relaciones.
Aunque pueda parecer un contrasentido que en plena caza de brujas a este combustible, abanderada en gran parte por el gobierno central, un organismo público de tanta notoriedad como la Guardia Civil haya adquirido hasta 85 unidades de vehículos todoterreno propulsados mediante tal combustible, en realidad no lo es. De hecho, es precisamente para este uso para el que se debería continuar impulsando el uso del gasoil.
Hablamos de vehículos destinados a tareas de patrulla en carretera, y por tanto, llamados a realizar cientos de kilómetros al día, la gran mayoría de ellos fuera de entornos urbanos. Es precisamente en estos escenarios en los que más partido se puede sacar a los ajustados consumos de este carburante, sin crear un gran perjuicio con sus cada vez menores emisiones de NoX. Todo ello unido a la idoneidad de las mecánicas diésel para largos desplazamientos y más aún en vehículos con tracción 4x4 y con carrocerías elevadas, como estos Land Rover Discovery.