No es ecología, es lujo
Lexus 450H, o lo que es igual, el único SUV híbrido actualmente en el mercado. Aun así, lo primero que llama la atención del mismo es su estética, frecuentemente alabada por lo señorial de la misma y su gran aportación de empaque. Cualquiera que sea la situación, el Lexus siempre estará a la altura. Pero detengámonos un momento en la tecnología del modelo; el sistema híbrido del Lexus 450H hace trabajar a un motor térmico en combinación con dos motores eléctricos para conseguir un consumo homologado de sólo 6,3 litros con un nivel de emisiones de 148 gramos de CO2 por kilómetro. En el plano teórico se trata de un rendimiento térmico excepcional, pues este vehículo proporciona 299 CV de potencia.
El motor térmico es un V6 de gasolina que trabaja en ciclo Atkinson. La particularidad de este tipo de mecánicas se encuentra en un cerrado tardío de la válvula de admisión para retrasar la compresión, con lo que se crea una elevado nivel de expansión en comparación al nivel de compresión de tal manera que se reducen las pérdidas producidas en admisión y en escape. Con ello se convierte la energía de combustión en potencia de manera más efectiva. La combinación de esta técnica con una recirculación forzada de gases de escape que reduce la temperatura de trabajo de la mecánica así como el uso de un recuperador de temperatura de escape, hacen que la eficiencia de consumo del motor de gasolina sea muy elevada.
A velocidades de crucero es el motor térmico el encargado de impulsar al vehículo, proporcionando, además, energía para las baterías. Los motores eléctricos también trabajan como generadores de energía cuando se está frenando, convirtiendo la energía kinética en energía eléctrica en vez de transformarla en calor como sucede en los vehículos convencionales. En bajadas o cuando se puede aprovechar la inercia, el motor térmico se desconecta. Existe también un botón EV (Electric Vehicle) mediante el que se puede elegir circular en modo eléctrico. Existe también un EcoMode integrado en el salpicadero para conocer la economía de nuestra conducción actual.
Bien pero... ¿qué significa todo lo anterior para el conductor? Pues significa un silencio de marcha en tráfico urbano indescriptiblemente satisfactorio. Una buena respuesta en carretera que no es sin embargo la esperada para un coche de 300 CV y unos consumos reales excelentes en el denso tráfico urbano y decepcionantes en carretera. Tampoco debemos esperar un excelente rendimiento en campo, aunque será más que sobrado para la mayoría de usuarios.
Seamos más concretos: el silencio de marcha es obviamente excepcional cuando el RX se mueve exclusivamente en modo eléctrico, pero dicha circunstancia no dura en exceso, apenas unos segunos durante la arrancada salvo que pulsemos el botón EV, y en tal caso el recorrido máximo que podemos realizar en eléctrico no supera los dos kilómetros. No obstante, la puesta en marcha del motor de gasolina no supone un claro aumento de decibelios. Insonorización, transmisión y el propio funcionamiento de la mecánica dan como resultado una sonoridad bajísima también al circular con el motor térmico.
La respuesta que se consigue en carretera queda condicionada por la transmisión de variador contínuo. Aunque este tipo de sistemas se adapta a los requerimientos del conductor, la inexistencia de saltos impide que se alcancen altos regímenes de giro con celeridad, transmitiendo una sensación real de cierta pereza. Es cierto que puede moverse con soltura, pero queda lejos de vehículos de similar potencia dotados de cambios manuales, y no importa si éstos son diésel o gasolina.
En el tráfico urbano la continua intervención de los motores eléctricos permiten mitigar el consumo y ofrecer cifras increíbles para un SUV de su tamaño y peso. Las arrancadas y el funcionamiento en parado son enemigos del consumo, pero en el RX450h se solventan estas situaciones en modo eléctrico, siendo éste el gran secreto de su frugalidad en tráfico urbano. La situación varía drásticamente en carretera, donde el motor térmico es el que lleva la batuta en la inmensa mayoría de circunstancias. Aunque a veces pueda ser ayudado por los motores eléctricos los consumos nunca serán inferiores a los 10 litros en circunstancias normales de tráfico, aumentando más que proporcionalmente si buscamos una respuesta más contundente.
En campo, la satisfacción de conducir en modo eléctrico es indescriptible, pues cualquiera tiene la sensación de estar siendo más que ecologista. Pero es una sensación efímera y no significa que podamos acceder a cualquier lugar. Con unos motores eléctricos no demasiado potentes y la nula existencia de sistemas que busquen la máxima eficiencia en campo, la altura del conjunto y la transmisión automática son los máximos valores del RX fuera de carretera. Ellos solos no se bastan para considerar al Modelo siquiera como un buen SUV en el campo, pero sí que son suficientes para sortear los pocos problemas a los que se enfrentarán los usuarios lógicos de este tipo de vehículo.
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