La gama Mazda MX-5 se completa con la coqueta versión RF (Retractable Fastback), modelo que amplía el abanico de aquellos clientes que, sin renunciar a los encantos de un roadster, buscan también las ventajas de un coupé en aspectos como la insonorización que otorga un techo duro retráctil. Quizás pierda algo de esencia, pero gana puntos a la hora de utilizarse en el día a día. Y será la versión de más éxito, ya que las previsiones de ventas en España indican que un 70 por ciento serán RF, por un 30 por ciento con el techo de lona tradicional.
El MX-5 RF presume de un sofisticado techo dividido en dos secciones, más la luneta de cristal, y está construido en
aluminio,
acero y plásticos moldados para no incrementar en exceso el peso. De hecho, toda esta tecnología firma 45 kilos más que el techo de lona (la versión de acceso pesa 1.090 kilos).
El mecanismo de apertura y cierre se realiza de manera eléctrica en apenas 13 segundos y la operación se puede hacer en marcha siempre y cuando no superemos los 10 km/h. Y lo más llamativo es que en el recorrido final, cuando los pilares fastback se acoplan, se ralentiza el proceso para ajustarse sin golpear y hacer ruido.
Había una máxima a la hora de desarrollar el vehículo. No se podía incrementar la longitud o la
distancia entre ejes, y tampoco reducir el espacio en el habitáculo y,
menos aún, la capacidad del maletero, que mantiene los 127 litros. Al final, prueba superada gracias al complejo mecanismo de plegado, una sinfonía de movimiento que termina manteniendo los pilares traseros por fuera y que le dan aspecto de Targa.
Bajo el capó hereda los dos propulsores de
gasolina conocidos, ambos atmosféricos y de cuatro cilindros en línea. El de acceso es un 1.5 litros que eroga 131 caballos, y por encima está un 2.0 ya con 160
CV. Ambos se asocian a un cambio manual de seis relaciones.
La novedad reside en que la versión más potente también dispone de una transmisión automática con convertidor de par de seis velocidades, asociada al acabado Luxury (incremente el precio en 1.800 euros respecto a la caja manual). Con esta alternativa podremos disfrutar de unas levas en el volante y un programa Sport. También se puede cambiar de manera secuencial en la palanca.
Más aparante, más confortable, más seguro... ¿pero mantiene la genética y dinámica del resto de la gama MX-5?. La respuesta es que sí.
El peso del vehículo se ha incrementado una media de 70 kilos, 45 por 'culpa' del techo y el resto en refuerzos estructurales y equipamiento. Esto ha provocado adaptaciones en el chasis, la suspensión, la dirección y en los frenos. De esta forma se ha introducido un elemento en el túnel de transmisión para compensar la diferencia de rigidez entre la parte delantera y trasera del vehículo, y se han reforzado las torretas de la suspensión trasera. Hablando de suspensión, hereda el esquema delantero de doble trapecio y la trasera multibrazo del Soft Top, pero se ha ajustado el tarado de la
barra estabilizadora delantera, de los amortiguadores y la rigidez de los muelles traseros. Además, también se ha optimizado el trabajo de la dirección eléctrica y del
servofreno.
Antes de acceder al interior, comentar que la carrocería añade un color Machine Grey exclusivo para el MX-5 RF. En el habitáculo, pocas diferencias.
En el cuadro de mandos una de las esferas nos indica el estado del techo cuando lo manipulamos y un deflector transparente se ubica detrás de los asientos para minimizar las turbulencias. Se ha trabajado en el guarnecido de la sección delantera y en el aislamiento, por eso los decibelios registrados son ya típicos de un coupé, y no de un roadster. Asimismo incorpora unos altavoces en los reposacabezas que se activan al quitar el techo para escuchar mejor, por ejemplo, música o una llamada por
Bluetooth. El resto se mantiene: volante regulable sólo en altura, escasos huecos para dejar objetos y una posición al volante muy deportiva. El maletero se remata con los comentados 127 litros, suficientes para dos maletas tipo troley y para dejar la ropa de abrigo que llevemos encima. Nada más.