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Mercedes Benz Clase B, análisis plazas traseras

El Mercedes Benz Clase B busca entrar a competir en el segmento de los MPV, es decir, los Multi Purpose Vehicle, o vehículos para todo. En realidad dicha definición se aplica habitualmente a modelos que disponen de una carrocería especialmente adaptada para ofrecer diferentes soluciones interiores y adaptarse a las necesidades de pasajeros y carga (es lo que habitualmente se conoce como modularidad o polivalencia). ¿Y cómo se adapta el Mercedes Benz Clase B a esta definición? Pues el análisis de las plazas posteriores indica que, en realidad, no tan bien como cabría esperar.

Mercedes Benz Clase B, plazas posteriores

 
En cuanto al espacio puro de las plazas posteriores, dos ocupantes viajarán con comodidad independientemente de su tamaño, mientras que la posibilidad de llevar a un tercer ocupante existe pero, como ocurre con casi cualquier modelo que no sea de gran tamaño, el tercero en discordia hará que ninguno de los tres tenga realmente buen espacio en anchura. A pesar de ello tampoco se ofrece de serie en el Mercedes Benz Clase B un reposabrazos central, formando parte del equipamiento opcional. En las ventanillas posteriores no se puede contar con cortinillas, un elemento que agradece cualquier padre de familia que viaje habitualmente con sus niños en la parte posterior. Afortunadamente sí se dispone de ventanillas posteriores tintadas para limitar la entrada de radiaciones solares.
 
 

 
A favor del Clase B hay que destacar la existencia de unos anclajes Isofix muy bien señalados y fáciles de utilizar -que incluyen top tether- y unas mesas plegables tras los asientos delanteros para uso y disfrute de los pasajeros posteriores. Unas redecillas en el respaldo de los asientos delanteros permiten igualmente llevar impedimenta variada, aunque hemos de constatar que no existen demasiados huecos en el habitáculo de este vehículo. En esta zona sí que encontramos una toma de corriente de tipo mechero y un pequeño hueco abierto entre los asientos delanteros.
 
La modularidad de los asientos es, salvo por el hecho de poderse plegar por zonas asimétricas, nula. No existe ningún tipo de regulación para estos asientos, ni longitudinal, ni en inclinación del respaldo ni posibilidad de quitar algún asiento completamente. El Clase B ofrece espacio detrás, pero es un espacio que, o lo tomas, o lo dejas, no puede variarse.
 
Mercedes Benz Clase B, maletero
 
El buen aspecto general del maletero, totalmente tapizado, contrasta con lo que nos encontramos al abrir las trampillas laterales. Aunque existen huecos en los que podemos poner, por ejemplo, el botiquín, lo cierto es que los cables y los materiales de insonorización dan una imagen que contrasta claramente con lo esperado de la marca de la estrella. Tampoco parece muy aceptable comprobar que la doble tapa del maletero que da acceso a la zona de la rueda de repuesto de tipo galleto o al kit antipinchazos deba mantenerse sujeta con un "vulgar" gancho que se cuelga de la zona superior del maletero.
 
Una característica favorable del Mercedes está en la facilidad para ampliar el espacio de carga abatiendo los asientos, encontrándonos entonces con un grandísimo maletero en el que poder transportar objetos de gran tamaño.
 
 

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