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Está claro que el futuro es eléctrico, pero mientras se va asentando, una solución digamos que inteligente y práctica es la de los híbridos enchufables. Mini tiene un modelo de estas características con la base del Countryman, su modelo más generoso en tamaño. Es un vehículo muy eficiente, sí, pero ojo porque también es la versión más potente y prestacional de la gama actualmente.
Para que sea así se basa en un
sistema híbrido que combina un motor tricilíndrico de gasolina de 1.5 litros y 136 CV (el mismo que monta la versión Cooper) con otro eléctrico ubicado en el eje trasero y que eroga 88 CV. Puestos a trabajar con codo con codo la potencia total del vehículo es de 224 CV y 385 Nm de
par motor y, de paso, se dota al conjunto de
tracción total. Por cierto, es un calco de la tecnología que emplea el
BMW 225xe iPerformance, su hermano de sangre en la marca bávara. Los dos motores pueden funcionar a la vez o de manera independiente.
Muchas son las ventajas de partida.
Homologa hasta 41 kilómetros de autonomía eléctrica (en el día a día es complicado llegar a los 30) y eso provoca que tenga la ansiada etiqueta ‘Cero’ que otorga la DGT; por lo tanto podemos acceder a la gran ciudad en los protocolos por
contaminación, aparcar en la zona SER, circular por el BUS VAO o circular con total libertad por la recién estrenada zona de Madrid Central, por ejemplo.
Esta es su principal característica y una de sus virtudes. Si vivimos en un radio de 10-15 kilómetros del centro de la urbe será un solución limpia porque no hará falta apenas que el motor térmico entre en acción.
La batería de iones de litio de 7,6 Kwh de capacidad (6,1 reales) da vida al propulsor eléctrico con un consumo medio homologado de 13,4 kw cada 100 kilómetros, aunque la realidad es más tozuda, y con
luces y climatización en uso normal se dispara hasta los 20 kW sin alarde alguno.
Lo dicho, es complicado superar los 30 kilómetros reales... a no ser que vayas haciendo una conducción tan eficiente como irreal, hasta el punto de que pongamos en peligro incluso nuestra integridad. Nos explicamos. Salir tan sumamente despacio de un semáforo o iniciar la marcha en una rotonda tan lentos como para evitar malgastar ‘voltios’ o que el motor térmico entre en acción pondrá de los nervios al resto de los conductores con los que compartimos escenario. Damos fe.
En cuanto a los tiempos de recarga de la batería oscilan en 3:15 horas en un enchufe doméstico de 230 voltios y las dos horas y 15 minutos en un cargador de 3,6 kw, aunque en ocasiones también superan ese margen. La toma se sitúa en la parte delantera izquierda del vehículo, y tras desbloquear la tapa.
La operación de recarga también se realiza por medio de la frenada regenerativa o, incluso, con el programa Save Battery, que carga la batería, gracias al trabajo del motor de combustión, hasta el 90 por ciento y luego la reserva para cuando queramos utilizarla. Eso sí, esta solución dispara el consumo por encima de los 8,9 litros.
Nuestro protagonista también presenta
los modos Auto eDrive y Maxi eDrive. El primero gestiona la hibridación de manera eficiente, mientras que el segundo nos permite circular de manera exclusivamente eléctrica, rodando hasta 125 km/h de
velocidad máxima si se lo solicitamos.
El motor 1.5 tricilíndrico da vida a las ruedas delanteras, mientras que el eléctrico mueve las traseras. Como ya hemos comentado antes, esta configuración dota de tracción total al Mini Cooper S E Countryman ALL4 sin necesidad de que haya una unión física entre los dos ejes. La pregunta es: ¿si nos quedamos sin batería no habrá tracción
4x4? No hay que preocuparse de ello porque el sistema no deja que la batería se descargue por completo y, si lo necesita, la cargará de manera automática para tener siempre un mínimo de energía que
actúa en el eje trasero.
Si queremos pasar un buen rato esta variante nos ‘llenará’ por completo. Acelera como un cohete y a la hora de realizar adelantamientos es sumamente solvente. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos, convirtiéndose en el más rápido de la gama Countryman en este sentido (ya no se contempla la variante John Cooper Works). La velocidad máxima es de 198 km/h, por lo tanto aquí sí que hay variantes más veloces. Uno de los motivos es que al superar los 135 km/h el aporte del motor eléctrico es prácticamente nulo.
Clave en este sentido es también la
transmisión automática de seis velocidades con convertidor de par que se monta en este modelo. Presenta un modo manual-secuencial para que podamos sentirnos protagonistas y sacar todo el rendimiento al conjunto.
Los 224 CV dan mucho juego, aunque a velocidades elevadas o con la batería bajo mínimos serán sólo los 136 CV ‘térmicos’ los que nos impulsen. En cualquier caso el consumo medio durante la prueba ha sido de 7,9 litros, aunque siempre dependerá de la autonomía eléctrica. Incluso habrá días que sólo utilicemos energía eléctrica... En cualquier caso será un milagro registrar los 2,4 litros que homologa cada 100 kilómetros.
Su dinámica es ágil pese a su elevado peso (1.760 kilos debido al lastre de los 190 que pesa el sistema híbrido) y ofrece un tacto general muy preciso, sobre todo por parte de la dirección. A los tres programas anteriores añade tres modos de conducción, Sport, MID (equilibrado) y Green (eficiente), que matizan su personalidad. Resulta confortable, pese a que los tarados de suspensión no son precisamamente blandos, y los frenos son eficaces, aunque el tacto del pedal en su primer tercio de recorrido no transmite gran cosa.
Hablamos de un crossover y eso motiva cierta implicación fuera del
asfalto.
No hay un programa off road al uso, aunque nos permitirá movernos sin problemas por pistas de tierra fáciles. No conviene pasar de ahí porque la altura al suelo es limitada, los recorridos de la suspensión son más bien escasos y hasta los neumáticos 225/55 R17 que monta de serie prefieren ir por lo ‘negro’.
Nuestro protagonista mide 4,30 metros de longitud y apenas hay diferencias en el interior con el resto de la gama Countryman. Las más destacas son el cuadro de mandos, con una esfera izquierda que prescinde del tradicional cuentarrevoluciones en favor de una sistema de información del sistema eléctrico.
No hay cambios en cuanto a la
habitabilidad se refiere, pero la banqueta trasera prescinde de regulación longitudinal. El motivo es que debajo se instala la batería de iones de litio y esto provoca alguna variación más. En primer lugar los tres pasajeros de atrás irán sentados algo más altos; y
al abrir el portón trasero el maletero nos recibirá con 405 litros, es decir, pierde 45 respecto a los demás. El volumen total abatiendo los respaldos es de 1.275 litros. También el depósito de combustible se reduce de 51 a 36 litros.
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Donde se mantiene tal cual es a la hora de rematar el conjunto, con una calidad y mimo por el detalle muy elevado, poniendo tierra de por medio respecto al segmento generalista en este sentido.
El precio y el equipamiento también repercuten en este sentido, ya que la tarifa de partida de esta versión híbrida enchufable es de 39.750 euros. Esto nos da derecho a disfrutar de serie de elementos como el Performance control, llantas de aleación 17 pulgadas, sensores de aparcamiento traseros, faros Full Led, faros
antiniebla,
climatizador,
control de crucero con función de frenado,
sensor de lluvia, el sistema Mini Connected con
navegador, equipo de sonido, el sofisticado mando Mini Controller en la consola central o una de alerta de fatiga del conductor, entre otros.