Desde que dejara de fabricarse el W111 en 1971, Mercedes no había tenido un representante en la categoría de los descapotables de cuatro plazas y máximo lujo, algo que ya está resuelto y tras 45 años ausente, vuelve al ruedo y lo hacen a lo grande. Presentaron en septiembre de 2015 el nuevo Mercedes Clase S cabrio, variante que deriva del Clase S Coupé y por ende, del Clase S, uno de los sedanes más avanzados tecnológicamente y uno de los más lujosos del mercado. El nuevo Mercedes Clase S cabrio es como un yate, tanto por tamaño como por lujo. Es uno de los descapotables de cuatro plazas más grandes del mercado y también uno de los más tecnológicos y avanzados de su clase. Mide más de cinco metros de largo y equipa toda la tecnología y todos los sistemas que puedes encontrar en cualquier Clase S, así que faltar no falta de nada, es todo un compendio de lo que Mercedes sabe hacer, pero sin techo. Haciendo un poco de memoria sobre los datos que la marca facilitó cuando lo presentaron, comparte el 60% de los elementos con el Mercedes Clase S Coupé, tanto en temas de bastidor como de carrocería, aunque con una puesta a punto específica dada las condiciones de rigidez y demás que tiene por el hecho de ser un descapotable. La capota por su parte es de lona y con tres capas, que se puede retirar en unos 20 segundos hasta una velocidad máxima de 60 km/h. Está especialmente estudiada en términos de climatización y aislamiento, algo de lo que el nuevo Clase S Cabrio presume especialmente. Mercedes ha desarrollado un climatizador bastante avanzado que se adapta a las condiciones, se llama Thermotronic y cuenta con doce sensores repartidos por el habitáculo, incluidos unos sensores capaces de adaptar el climatizador a la intensidad con la que incide el sol sobre el coche, así como sensores de humedad que impiden que los cristales se empañen. Por supuesto, se puede optar por el deflector AIRCAP y por la climatización incorporada en los reposacabezas de los asientos, el sistema AIRSCARF, todo pensado para poder circular sin techo sea cual sea la época del año. Por cierto, cuando se pliega la capota se guarda en un compartimento separado del resto con un estor eléctrico, que evita que el conductor tenga que bajarse del coche a ponerlo cada vez que quiera quitar el techo. Incorpora un sistema de protección antivuelco integrado en los reposacabezas traseros con funcionamiento pirotécnico y por primera vez, un sistema que impulsa los arcos hasta su posición ideal mediante un generador de gas. La carrocería está fabrica El siguiente escalón, al menos por ahora, es el Mercedes-AMG S63 cabrio, un ‘pepino’ con motor V8 biturbo de 5.980 centímetros cúbicos y 585 CV, sistema 4MATIC y cambio AMG Speedshift MCT de siete marchas, siendo capaz de acelerar hasta 100 km/h desde parado en 3,9 segundos. En el mes de julio llegará el más bestia de todos, el Mercedes-AMG S65, con motor V12 de 630 CV y 1.000 Nm desde 2.300 rpm.
da con muchos componentes de aluminio, al igual que los refuerzos para compensar la pérdida de rigidez al faltar el techo fijo, aunque también se usa magnesio para contener el peso todo lo posible en un coche que ya de por sí es pesado. Aunque no parece ser un problema porque los motores son especialmente potente, siendo el más pequeño el Mercedes S500 Cabrio, con 455 CV. Este cuenta con un V8 de 4.663 con dos turbos, 700 Nm, cambio 9G-Tronic y una aceleración de 0 a 100 en 4,6 segundos.
Los precios parten de los 166.000 euros para el S500, pasando a 222.700 euros para el S63 y terminando en unos espectaculares 303.025 euros para el S65.
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