No voy a empezar a romper lanzas en favor de los combustibles tradicionales, principalmente porque soy muy consciente de la necesidad de las nuevas tendencias de movilidad sostenible y reconozco la encomiable labor de los distintos fabricantes que invierten millones y millones en el desarrollo de las mismas, para luego obtener unos resultados comerciales aún un tanto insatisfactorios.
Sin embargo, sí que conviene sacar a relucir que los combustibles tradicionales tienen todavía recorrido, si se usan debidamente. Y para ello, esta noticia me viene al pelo, ya que muestra los brillantes resultados que se pueden lograr con una mecánica diésel cuando se usa para lo que debe ser, y no para hacer, por ejemplo, 5.000, 6.000 o 7.000 kilómetros al año en entornos urbanos, algo que se da mucho más de lo que debería.
En esos casos siempre debería de recurrirse a mecánicas
gasolina, o incluso si nuestros recorridos son eminentemente dentro de la ciudad tendría mucho sentido optar por un eléctrico puro o quizá por un
híbrido en cualquiera de sus variantes.
Vamos al grano;
Opel ha logrado que uno de sus Insignia 1.6 CDTI ecoFlex, con una potencia de 136
CV, logre ir
desde los Alpes suizos al mar del Norte, y volver al punto de partida con un solo depósito. O lo que es lo mismo, que recorra
2.111 kilómetros sin repostar. ¡Toda una hazaña!.
La prueba llevada a cabo por Felix Egolf, piloto formador de Airbus, ha servido para demostrar, pese a todas las polémicas registradas en los últimos meses, que las mecánicas diésel pueden ser altamente eficientes y ahorradoras. Sin ir más lejos, el propio Egolf ha conseguido en esta prueba bajar de la cifra de consumo ofrecida por Opel para este modelo, fijada en 3,9 litros, hasta los 3,46 litros a los 100 km. que ha logrado promediar al finalizar su eficiente periplo.
¿La receta secreta para conseguirlo?. Únicamente anticipación en la conducción, tal y como desvelaba el propio Felix Egolf al finalizar su ahorrador tour.