No sólo de aire vive el hombre… y los que amamos los coches sabemos que a veces un buen automóvil nos da parte de la vida pero, aun así, siempre viene bien tener algo que llevarse a la boca. Por eso, cuando un buen amigo me presentó a Ana María Espada y esta me dijo que escribía en el blog Cook The Cake, me interesó bastante (sí, lo del buen comer también me gusta)
Nos pusimos a hablar sobre diversos temas y me enseñó una tarta que tenía que ver con el motor. Se trataba, ni más ni menos, que de un Mini. Bueno, la tarta tenía más cosas como, por ejemplo, una cabina de teléfonos o la bandera de Inglaterra pero, obviamente, lo que más me llamó la atención fue el pequeño coche inglés que salía de la tarta hacia una carretera imposible.
Lamentablemente parece ser que no podré probarlo, pues el hecho de ser comestible y haberse realizado para el cumpleaños de su hija Pati hizo que el Mini en cuestión desapareciera engullido pero, aun así, me juego el cuello que hubiera sido el Mini más dulce que haya probado jamás… más aún sabiendo que el John Coopers Works es sobre todo mucha pimienta
Se me olvidaba, aquí tenéis el post en el que Ana explica la historia de esta tarta. (Así se hace la tarta de Mini)
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