El Campeonato Mundial de Resistencia, con las 24 Horas de Le Mans como principal estandarte, se ha convertido en uno de los campeonatos más interesantes de la actualidad, por encima de otros como la Fórmula 1, que languidece con una normativa sin sentido y un excesivo politiqueo. El Mundial de Resistencia arrasa con coches tecnológicamente realmente avanzados y potentes, espectáculo en pista y evolución.
Los coches del WEC siempre han sido bastante llamativos en cuanto a imagen y características técnicas, pero en los últimos años han dado muchos pasos en estos temas. Ya hemos visto las máquinas que usarán los gallitos de la categoría, los Porsche 919 Hybrid, Audi R18 e-tron y Toyota TS050 Hybrid, vehículos cuya tecnología deja en ridículo a muchos otros. Un fuerte contraste con nuestro protagonista, aunque tampoco se queda lejos.
En 2006, Peugeot anunció su regreso a la categoría tras 13 años de ausencia, y lo hacía a lo grande, siguiendo la moda del momento: los motores diésel, camino que abrió Audi con sus R8 LMP 1. Llegó diciendo que derrotarían a Audi y ganarían Le Mans con un prototipo LMP1 cuyo motor diesel rendía 700 CV, lejos de los 1.000 CV que anuncian hoy los grandes del campeonato, pero muy respetable por aquel entonces. Era un V12 de 5,5 litros y filtro de partículas que les permitió ganar las 24 Horas de Le Mans en 2009.
Para el diseño de esta máquina se partió, al menos espiritualmente y como referencia, del Peugeot 905 que ganó Le Mans en dos ocasiones, aunque evidentemente, las diferencias son más que patentes. El chasis era monocasco de fibra de carbono con el techo incluido, al contrario del 905 que usaba una estructura tubular para el mismo. La carrocería lógicamente estaba definida única y exclusivamente por necesidades aerodinámicas, pero los ingenieros solo necesitaron unas semanas para rematar el concepto y poner a fabricar las primeras maquetas, que estuvieron listas en solo tres meses para las primeras pruebas en túnel de viento.
Con el 908 HDi FAP, Peugeot participó en Le Mans en 2007, 2008, 2009 y 2010, logrando un segundo puesto en 2008 y 2010, con una victoria en 2009. También ganó las 12 Horas de Sebring en 2010 y 2011, la Petit Le Mans en 2009 y 2010, las Le Mans series de 2007 quedando invicto y ganando cuatro de cinco carreras en 2008, aunque se quedó sin el título que fue a manos de Audi.
Toda una máquina de carreras con un palmarés muy respetable, por eso, encontrar una unidad a la venta es todo un acontecimiento. Como viene siendo costumbre, los encargados de subastarla son RM Sotheby’s, que no ha comunicado lo que esperan sacar por él, pero sí han dado algunos datos interesantes del modelo. Se trata de uno de los dos chasis fabricados para la temporada de 2008, ganador de la Petit Le Mans de 2009 y 2010, así como de los 1.000 km de Algarve el mismo año. Cuenta en su haber con tres segundos puestos, tres poles y cuatro vueltas rápidas y perteneció al equipo oficial Peugeot Total.
Además, el vendedor se compromete a proporcionar apoyo técnico durante dos años, algo que seguro a más de uno le viene que ni pintado, pues este coche necesita un mantenimiento muy específico.
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