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Un interior muy logrado desde la estética
La revolución que vive el Mégane no sólo se queda en sus “vestiduras”, entra también en su interior, absolutamente revolucionario, debiendo nuevamente compararlo con el de su hermano mayor el Talisman, pues no en vano puede llegar a disponer prácticamente de todos los avances de los que hace gala el representante del segmento D.
La llamativa consola central no pasa desapercibida con su completo
sistema R-Link 2 con pantalla táctil de
8,7” pulgadas desde la que controlaremos una gran parte de las funcionalidades del vehículo y que ofrece una gran capacidad de personalización, al igual que la instrumentación, con una pantalla digital para el
velocímetro y el contador de revoluciones, entre otras informaciones a mostrar.
Las plazas delanteras disponen de grandes butacones que
sujetan suficientemente en curvas, gozando de un buen nivel de confort. Desde la posición del conductor no notaremos a desmano ningún control del vehículo, lo que nos evitará distracciones al volante, y más si hacemos uso del
control por voz.
El espacio disponible para los ocupantes de estas plazas delanteras es más que razonable.
Algo menos razonable es el espacio para los pasajeros traseros, si bien es cierto que ha crecido respecto a la anterior generación. Aunque la banqueta trasera tenga espacio suficiente incluso para 3 pasajeros, el espacio para las piernas de éstos quita algunos puntos a este modelo, quedándose bastante relegado respecto a sus rivales directos.
En el
maletero sucede lo contrario. Con
384 litros, alguno más que en el anterior modelo, este
Renault Mégane 2016
entra de lleno las posiciones más altas del segmento, superando incluso al popular
SEAT León, al
Volkswagen Golf o al
Audi A3, que disponen todos de 380 litros de volumen de maletero.