Dado que se trata de un vehículo prácticamente idéntico al Skoda Citigo y volkswagen Up, uno de los argumentos que tiene para los compradores es que, entre los tres, se sitúa en la franja más baja de precios, aunque también es cierto que en niveles muy similares a los ofrecidos por el Citigo. No obstante, cuando nos salimos de este trío existen otras opciones de compra que ofrecen características inexistentes en el Mii como, por ejemplo, un salpicadero algo más vistoso o una carrocería de cinco puertas en la que las puertas posteriores sí que existen verdaderas ventanillas practicables.
Un elemento distintivo del Mii es la posibilidad de contar con un sistema de infotainment totalmente escamoteable y personalizable, muy útil para los desplazamientos urbanos y que mejora en mucho la imagen simple del salpicadero básico. Sólo con la adquisición de este elemento ya se dispone de navegador, conexión para teléfono o control del sistema multimedia, y todo ello con un precio relativamente asequible en un modelo que ya cuenta de serie con sistemas como el start stop o el control de estabilidad. Otro aspecto positivo del modelo se encuentra en la buena realización del mismo.
En el lado opuesto de la balanza no puedo dejar de pensar en un velocímetro que, para gente que mida por encima de 1,70 metros, queda oculto tras la parte superior del volante. Tampoco cuenta a su favor, al menos para nosotros, el hecho de que los asientos delanteros dispongan de reposacabezas integrados. Este tipo de elemento impide a los ocupantes de las plazas delanteras ajustar el reposacabezas a su gusto y, además, obstaculiza la visión de los ocupantes de las plazas posteriores. Tampoco nos parece adecuado que el conductor sólo pueda manejer el elevalunas delantero izquierdo, pues el mando del elevalunas derecho está en la puerta derecha y no existe mando en la puerta del conductor.
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