Después de comprobar los elementos sobre los que está diseñado el SEAT Toledo, tomando como base tanto al Ibiza como al León, la denominación del vehículo bien podría haber sido la de SEAT Córdoba. Obviamente, contando con un nombre tan bien posicionado como el de Toledo y siendo la percepción del mismo de mayor empaque que la de Córdoba, es lógico que la marca española haya elegido el nombre actual. Con todo lo anterior resulta muy curioso comprobar que el hecho de contar con parte del chasis delantero del Ibiza unido a parte del chasis posterior del León, la zona más beneficiada de esta particular "boda" haya sido la de los asientos posteriores y el maletero.
Para acceder a las plazas posteriores contamos con unas puertas traseras cuyo ángulo de apertura es bastante amplio, una particularidad muy de agradecer tanto para los pasajeros de gran tamaño como cuando tenemos niños pequeños a los que hemos de ayudar a subir y bajar del coche. Con una anchura posterior que está exclusivamente pensada para dos ocupantes, éstos podrán disfrutar de un espacio para las rodillas que no encontramos en ningún otro modelo de su segmento (excepción hecha del Skoda Rapid que, si bien no hemos probado, viene a ser "el mismo perro con distinto collar" lo que le presupone ofrecer exactamente la misma capacidad). En el caso del Toledo esta oferta de espacio puede suponer sin embargo ciertos problemas para su hermano mayor el Exeo, pues este último no puede presumir del mismo espacio a pesar de estar ubicado en un segmento superior.
Entre los asientos posteriores podemos contar con un reposabrazos en el que se encuentra un sistema que permite variar el hueco disponible para dos posavasos. Este elemento también ofrece un espacio de unión con el maletero para aquellos que deseen transportar objetos largos como, por ejemplo, tablas de esquí. Los anclajes isofix son de serie e incluyen el top tether, pero lo que no encontramos en los asientos posteriores es salida para la climatización trasera. Esta última pega se une al hecho de que el climatizador no es bizona para ofrecer un confort climático que está lejos de los mejores en el segmento. Un aspecto práctico que se ha cuidado en el Toledo ha sido el de ofrecer un hueco para situar el cinturón cuando no se utiliza, aunque hemos de decir que en este caso la intención está por delante de la realidad, porque el cinturón no llega a quedar bien ubicado en dicho lugar.
Cuando realizamos el análisis de las plazas delanteras del SEAT Toledo ya comentábamos como pequeño defecto que no existía posibilidad de controlar las ventanillas posteriores desde la puerta del conductor, aunque en las plazas traseras cada uno de los ocupantes sí que puede subir o bajar las ventanillas siempre y cuando no se haya bloqueado su funcionamiento desde delante, pues el bloqueo sí que existe.
Un elemento tremendamente útil en el nuevo Toledo es el de la existencia de un portón posterior del tipo que ya ofrecía la primera generación del modelo. Con un amplio espacio de carga, la gran apertura que permite el portón es una ayuda excepcional en este tipo de vehículos para aprovechar toda su capacidad. En los laterales del maletero existen dos pequeños cajones para ubicar diferente impedimenta y en el caso de la versión probada disponíamos de una rueda de repuesto de tipo galleta que en nuestro mercado está mucho más valorada que los cada vez más habituales kit antipinchazos -nosotros también somos partidarios de las ruedas-. Además, al lado de la rueda queda espacio para situar elementos como los triángulos, una redecilla para el maletero o pequeños objetos como el juego de luces de repuesto que podemos guardar aquí para evitar que vaya dando bandazos por todo el maletero.
En el SEAT Toledo, al contrario que en otros modelos actuales, no existe un mando para abatir los asientos posteriores desde el maletero, aunque es cierto que basta con acercarse un poco desde atrás para abatirlo en sus secciones asimétricas. Una vez abatidos los asientos nos encontramos con un maletero realmente amplio aunque no con un piso totalmente plano, pues los asientos posteriores quedan algo sobreelevados con respecto al suelo del maletero.