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SEAT Toledo, prueba dinámica

Después de la presentación de la nueva generación del SEAT Toledo que tuvo lugar en la ciudad del mismo nombre, en MotorGiga hemos tenido la oportunidad de probar las dos mecánicas que probablemente formarán el mayor volumen de ventas de este importantísimo vehículo para la marca española: el 1.6 TDI de 105 CV y el 1.2 TSI de igual potencia máxima. Desde nuestro punto de vista, la tradicional dicotomía diésel/gasolina está perfectamente resuelta con dos versiones que sabrán enamorar a los adictos a uno u otro tipo de mecánica. 

SEAT Toledo 2012


Hemos de confesar que el motor 1.2 TSI de gasolina del SEAT Toledo no había sido objeto de nuestra devoción montado sobre otros modelos, aunque también es verdad que en aquellas ocasiones (VW Polo y Audi A1) se trataba de la versión de menor potencia (90 y 86 CV anunciados respectivamente). No obstante, no ha ocurrido así con el nuevo Toledo. Acoplado a un cambio manual de seis relaciones perfectamente estudiado para sacar el máximo rendimiento a dicha motorización, el 1.2 TSI es una excelente muestra de lo que se puede conseguir a base de tecnología y buenas dosis de I+D a pesar de que se hayan dejado de lado algunas soluciones tecnológicas que en principio pudieran parecer lógicas, como es el caso de las cuatro válvulas por cilindro -sólo lleva dos- o la distribución variable, de la que no dispone. 

Basándose en la inyección directa de combustible y, sobre todo, en la sobrealimentación de un turbo de geometría fija ayudado de un intercooler, el 1.2 TSI es capaz de proporcionar los 105 CV de potencia que promete a un régimen de 5000 rpm pero, más importante aún, consiguiendo un par motor máximo que se sitúa en 175 Nm ya desde las 1550 rpm y que no decae hasta las 4000 rpm. Es precisamente esta circunstancia la que hace que dicho motor no desentone en muchas circunstancias frente al poderoso 1.6 TDI, cuyo par motor se sitúa en 250 Nm entre las 1500 y las 2500 rpm.
 
SEAT Toledo

La traducción de todo este galimatías de cifras está en que la respuesta del vehículo a las solicitaciones del conductor es bastante satisfactoria en general. Cierto es que la salida desde parado puede llegar a ser frustrante hasta que el turbo comienza de verdad a soplar y acuden los CV en nuestra ayuda, pero una vez en movimiento y a poco que sepamos manejar el cambio estamos ante un vehículo verdaderamente capaz y tremendamente satisfactorio también en cuanto a vibraciones y consumos. Y la palabra mágica es esta última, los consumos, porque todos los motores de gasolina que habíamos probado hasta la fecha y que prometían ínfimos consumos con buenas prestaciones se habían quedado en vanas promesas. Bueno, todos no, cuando realizamos la prueba del Lexus CT200H nos llevamos también una grata alegría a este respecto, pero estamos hablando de un coche híbrido de mucho mayor precio -no hemos probado todavía los Yaris y Auris híbridos-.

El otro motor que por lógica nos viene a la mente a la hora de hablar del 1.2 TSI es el 1.0 Turbo Ecoboost de Ford, que con sólo tres cilindros se ofrece con potencias de 100 y 125 CV y que puede presumir de haber conseguido el galardón de Engine of the Year. Lamentablemente, nuestra experiencia nos dice que este motor de Ford es tremendamente suave, gratamente prestacional... pero con un consumo que aumenta claramente cuando se trata de exigirle a la mecánica que muestre todo su potencial. En este importante contexto es en el que el 1.2 TSI del grupo Volkswagen se ha mostrado tremendamente eficiente. Extraer los 105 CV del SEAT Toledo no significa arruinar los consumos finales, pues difícilmente conseguiremos cifras por encima de los 7,5 litros con este modelo. Hemos de matizar aquí que la situación puede variar cuando se trate de aprovechar por completo la capacidad de carga del vehículo o cuando el propio vehículo sea mucho más pesado, pues en dichos casos seguro que tendremos que recurrir a circular habitualmente a regímenes más elevados y ello terminará perjudicando los consumos finales.
 
 


En definitiva, que mecánicamente el SEAT Toledo con el motor 1.2 TSI es una opción más que recomendable para usuarios que valoren la suavidad de marcha y no requieran de unos consumos tan reducidos como los del 1.6 TDI que, por supuesto, siguen siendo inferiores a los ya buenos registros del gasolina. El TDI se muestra por tanto más enfocado a quienes carguen habitualmente el vehículo, realicen un mayor número de kilómetros y valoren más la sensación de fuerza permanente que la suavidad de marcha o la sonoridad, pues esta última puede calificarse de elevada en el Toledo 1.6 TDI.

Por lo que se refiere a las sensaciones ofrecidas al volante nos encontramos ante un modelo que se siente ligero a sus mandos, es decir, no parece tener un gran peso, y aunque ello no implica falta de seguridad, es cierto que no transmite el aplomo de otros modelos al circular por autopistas o autovías, mientras que en carreteras secundarias se muestra muy ágil y estable. Curiosa situación en un vehículo llamado Toledo y que en realidad viene a cubrir el hueco dejado hace ya algún tiempo por el SEAT Córdoba, pues si bien es mucho mayor que aquel e incluso es más largo que la última generación del Toledo, su plataforma toma la parte delantera del SEAT Ibiza y la trasera del SEAT León, siendo por tanto un extraño híbrido que da como resultado un coche tremendamente amplio por dentro pero no excesivamente aparatoso por fuera.

La conclusión a la que llegamos sobre el nuevo SEAT Toledo es que se trata de un vehículo muy satisfactorio en los aspectos mecánicos y de uso para usuarios racionales, aunque la racionalidad de los mismos seguro que encontrará reparos a la hora de justificar un precio de tarifa situado por encima de los 22.000 euros. Es cierto que con los descuentos puede colocarse en unos 18.000 euros, pero cuando comparamos dicho precio con los del Skoda Rapid, que no deja de ser el "mismo perro con distinto collar", al SEAT Toledo comienzan a salirle los colores. Es posible que la dotación de serie e incluso la imagen de marca puedan, en parte, justificar la diferencia, pero la razón suele tener límites más frágiles que la pasión y mucho nos tememos que el Skoda Rapid puede terminar siendo la opción elegida.

 

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Publicado el: 22/02/2013
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