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Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, prueba a fondo

Por Gregorio Arroyo

Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto trasera

El Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI es un modelo sumamente equilibrado que ofrece diferentes perfiles de uso, aspecto muy atractivo en los tiempos que corren. Digamos que es un vehículo confortable en el día a día, nos vale para hacer compra de la semana o acudir a Ikea para transportar de todo en su interior sin agobios, y cuando llega el fin de semana podemos practicar nuestra actividad de ocio favorita (ciclismo, surf…) sin dejar nada en casa, o bien acudir al circuito de velocidad más cercano y descargar adrenalina sacando todo el jugo a sus 230 caballos de potencia.

Parece fácil, pero no son muchos los rivales que pueden presumir de tantas y diferentes facetas. Para ello el modelo checo parte desde el Skoda Octavia Combi, aunque introduce cambios y mejoras a nivel de diseño, motor, cambio y chasis principalmente.
 
Nuestro protagonista mide 4,69 metros de longitud y su personalidad la marca el propulsor 2.0 TSI de 230 CV. Los que hagan muchos kilómetros al año también pueden presumir de las siglas RS con una variante diésel 2.0 TDI de 184 CV, que cuenta con el atractivo extra de que incluso se puede combinar con un sistema de tracción total del que carece nuestra versión. También existe una última versión RS 245 de gasolina con ese número de CV y que se sitúa en lo más alto de la gama.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto delantera
 
Nos centramos en nuestro modelo. Carrocería Combi, tracción delantera, propulsor turboalimentado de inyección directa y cambio DSG de doble embrague con seis relaciones. Se puede elegir igualmente con un cambio manual con el mismo número de velocidades, pero como hacemos casi siempre recomendamos la caja automática, ya que aunque la factura se incrementa en 1.620 euros, los amortizaremos en confort y agrado de conducción a lo largo de los años.
 
Comenzamos por su lado más salvaje. Que nadie se lleve al engaño porque vea una silueta familiar y un peso que en orden de marcha es de 1.462 kilos. El Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG6 alcanza los 245 km/h de velocidad punta y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 7,0 segundos. Para ello contamos con la ayuda de un asistente denominado Launch Control.
 
Para activarlo tendremos que desconectar el sistema Start/Stop y el control de tracción, apostar por el programa deportivo del cambio, pisar el freno con el pie izquierdo y mantener al mismo tiempo pisado a fondo el acelerador unos segundos… soltamos el freno y sale como un cohete. Es cierto que este asistente no ha funcionado tan fino en esta unidad como en otros modelos que también los portan, ya que algún ‘caballo’ se quedó por el camino al no poder evitar completamente que las ruedas delanteras patinen, pero sigue siendo muy efectivo. Sin él hay que hilar muy fino para no perder rueda en aceleraciones desde parado.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto trasera
 
Tampoco tendremos demasiados problemas para realizar adelantamientos porque las recuperaciones que protagoniza son sobresalientes. Además, la función 'kick-down' del acelerador es muy efectiva en este sentido, bajando varias marchas de golpe si el sistema entiende que nos encontramos en un apuro. Lo mejor es asimilarlo con un ejemplo sobre el terreno. Circulamos a 80 km/h detrás de un camión en carretera y queremos adelantarlo. Pues pasar de 80 a 110 km/h (para que no nos multen) se traduce en 3,5 segundos y sólo tendremos que recorrer 91 metros para completar la maniobra. Lógicamente esas cifras pierden algo de eficacia si vamos con el vehículo a plena carga.
 
Si nos envenenamos vemos que el motor sube de vueltas como un tiro hasta las 6.700 rpm, momento en el que subirá de marcha para protegerse de un sobre-régimen excesivo. Si nos lo tomamos con más calma comprobaremos que desde apenas 1.500 ya empuja con fuerza, gracias a los 350 Nm de par máximo que ofrece. Por lo tanto su rango de acción es muy amplio, y todo ello ‘adornado’ con un sonido que mana por el escape que resulta una delicia.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto delantera
También los frenos nos han gustado por su eficacia y porque no hemos notado síntomas de fatiga preocupantes durante nuestro uso más intensivo. Como es lógico se ha revisado el sistema con unos discos más generosos y unas pinzas más eficaces (reconocibles por su color rojo). De hecho nuestra unidad registró unas distancias de 13,4 metros desde 60 km/h y de 54,7 al realizar una frenada de emergencia desde 120 km/h. Son unos buenos datos, aunque beneficiados por unos generosos neumáticos 225/35 R19 opcionales que montaba nuestra unidad (de serie lleva 225/40 R18).
 
Todo ese potencial se sustenta sobre un motor con nervio, pero también sobre un chasis deportivo de garantías. El primer paso ha sido rebajar la altura de la carrocería 15 milímetros con respecto al resto de la familia Octavia Combi, además de endurecer el tarado de la suspensión. También el eje posterior multibrazo se ha ensanchado 38 milímetros para gozar de una mayor estabilidad. Delante sigue apostando por el tradicional esquema McPherson.
 
Con esta serie de mejoras el Octavia Combi RS 2.0 TSI gana puntos dinámicamente hablando. La dirección progresiva es bastante comunicativa y directa (2,1 vueltas de volante entre topes) y el comportamiento resulta noble gracias a su buena base y a aliados como el bloqueo electrónico del diferencial XDS+, que simula el funcionamiento de un autoblocante actuando sobre los frenos.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto driving mode selection
 
De serie esta versión contempla el denominado Driving Mode Selection, que en nuestro caso se completa con el chasis adaptativo opcional que también incluye una suspensión controlada electrónicamente DCC. De esta manera el conductor puede elegir entre cinco programas de uso, Eco, Comfort, Normal, Sport e Individual, variando los parámetros del motor, del cambio, de la dirección, de la suspensión, de la luz dinámica en curva, del climatizador y del sonido del motor.
 
Con el modo Sport activado el tarado del conjunto es más firme para evitar los balanceos de la carrocería y todo resulta más directo y rápido en su actuación. Incluso el sonido que sale del escape se vuelve más deportivo y nos invita a ir más ‘ligeros’. Si pulsamos el mando ASR podemos desconectar el control de tracción; si lo mantenemos pulsado más tiempo se activa el modo control de estabilidad ESC Sport que limita la estabilidad para poder disfrutar más del coche, pero el margen tiene un límite porque la electrónica siempre queda latente para evitar males mayores.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto cuadro de mandos
 
En el lado opuesto el programa Eco se enfoca hacia la máxima eficiencia, llegando incluso a apagar completamente el motor cuando las circunstancias de carga del propulsor así lo permiten. En este sentido hemos registrado consumos de 5,8 litros de media a 90 km/h y de 7,7 en autopista a 120 km/h, siendo la cifra media durante nuestro recorrido de 7,9 litros (homologa 6,6 litros). Con estos números el Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG6 nos permite disfrutar de una autonomía de 633 kilómetros, gracias a los 50 litros del depósito de combustible.
 
Contar con el acabado RS propicia los inevitables ‘desmarques’ estéticos, como un alerón trasero, un paragolpes más voluminoso en la zaga, doble salida de escape en acero inoxidable, una parrilla frontal propia, faros full led... También el interior recibe unos asientos deportivos RS rematados en Alcántara, un volante deportivo achatado en su parte inferior o pedales en aluminio, muchos detalles pero nada extravagantes.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto asientos traseros
 
No encontraremos diferencias en cuanto a habitabilidad, uno de los puntos fuertes de la familia Octavia Combi. Con 2,68 metros en su distancia entre ejes, este modelo ofrece una gran amplitud en el espacio reservado para las piernas en las plazas traseras, además de una cota de anchura y altura al techo sobresalientes. Delante las confortables butacas sujetan perfectamente en los desplazamientos laterales y la ergonomía se ha cuidado al detalle.
 
Detrás el amplio portón puede tener accionamiento eléctrico en opción y da paso a un maletero realmente espectacular, con un volumen mínimo de 610 litros, ampliable hasta los 1.740 en caso de máxima necesidad tras accionar unos tiradores laterales que abaten el respaldo trasero por partes (60/40). El piso es reversible para ofrecer una imagen más elegante o funcional, según el caso, y debajo encontramos una rueda de repuesto de uso temporal.
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto pantalla táctil
 
Y por último queda por analizar el equipamiento que nos ofrece de serie por los 35.030 euros que cuesta esta versión. Además de elementos ya comentados anteriormente, la dotación se completa con faros antiniebla, barras en el techo, retrovisores exteriores antideslumbramiento abatibles eléctricamente, control de presión de los neumáticos, faros led con función de iluminación en curva, sensores de luces, lluvia y aparcamiento trasero, sistema de telefonía con Bluetooth y control por voz, radio con pantalla táctil de 20,3 centímetros, climatizador bizonal...
 
Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI DSG, foto salpicadero
 
Lo cierto es que resulta bastante generoso, aunque siendo algo críticos quizás echemos en falta algún 'detallito' sin tener que pasar por la carta de opciones, como un sistema de salida en pendientes, otro de acceso y arranque sin llave o asistentes como una alerta de cambio involuntario de carril o el de detección de vehículos en el ángulo muerto generado por los retrovisores, elementos que en ocasiones encontramos en la dotación de serie de vehículos de un perfil más bajo y económico.
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Publicado el: 23/10/2017
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