Cóctel sabrosón
El Skoda Roomster toma elementos conocidos y crea un vehículo diferente. Un poquito de esto, otro poquito de lo otro, lo mezclamos en buenas proporciones y obtenemos un modelo de personalidad propia y buenas perspectivas comerciales.
La base de un buen cóctel es que sus ingredientes combinen acertadamente y el resultado final sea sabroso. Pues bien, el Skoda Roomster puede definirse como tal, ya que combina elementos del Fabia, del Octavia I y Octavia II, además de otros de cosecha propia, dando como resultado un mini monovolumen de 4,21 metros con prácticas soluciones y mucho espacio interior. Llegará en octubre con cinco motores, dos de gasolina y tres turbodiésel.
Los encargados del diseño del Roomster se han apartado por completo de cuanto nos era cotidiano en Skoda. Las formas redondas y suaves del frontal contrastan con una zaga vertical y de línea cuadrada, pero aun sorprende más la visión lateral con una línea desigual entre la ventanilla delantera y las posteriores. Todo ello le da una imagen distinta y un tanto original.
Espacio variable
Aunque el Roomster es de tamaño contenido ofrece una distancia entre ejes de 2,62 metros, lo que anticipa la amplitud de espacio que encontraremos en el interior. Esta percepción se confirma según nos sentamos en las plazas traseras, donde no solo hay espacio para las piernas sino también altura libre. No obstante, el aspecto más novedoso es la modularidad que ofrece la parte trasera, pues al margen de que los dos asientos laterales exteriores pueden desplazarse hasta 15 centímetros hacia delante gracias al sistema Varioflex (de serie en nuestro mercado) se pueden realizar hasta 20 combinaciones, pudiéndose abatir, desplazar, eliminar y hasta plegar los tres asientos hacia delante para configurar una gran plataforma de carga.
El maletero ofrece 450 litros de carga y puede llegar hasta los 1.555 litros. El sistema Varioflex permite también quitar la zona central trasera y desplazar hacia el interior los dos asientos laterales de modo que sus ocupantes dispongan de la máxima anchura, como si fuera una limusina. El único pero es que esa zona central hay que guardarla en el garaje o en el maletero y que todos los asientos, pero especialmente los traseros, son bastante cortos de banqueta.
Buena presentación
El mismo estilo funcional preside el diseño del salpicadero, muy simple, con un cuadro de instrumentos sencillo y de fácil lectura, y con diferentes huecos para guardar cosas. Todo está bien presentado, con plásticos de buena textura salvo los empleados en los paneles de las puertas que son rígidos.
El Roomster llegará con cinco motores, dos de gasolina y tres turbodiésel. En gasolina hay dos mecánicas con cuatro cilindros de 1.4 y 1.6 litros que rinden 85 y 105 CV respectivamente. Ambos montan una caja de cambios manual de cinco velocidades, aunque el de 105 CV podrá llevar más adelante un cambio automático de seis marchas. En la gama diésel hay dos versiones tricilíndricas TDi de 1.4 litros con 70 y 80 CV de buen funcionamiento pero un tanto ruidosos así como un 1.9 litros TDi de 105 CV. Todos ellos se acoplan a un cambio manual de cinco marchas. El coche dispondrá de tres niveles de acabado, Friend, Family y Fun y el precio oscilará entre 14.500 y 19.900 euros.
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