Sin discusión, Fernando Alonso empezó con muy buen pie este Mundial 2010 de F1. No seré yo -Dios me libre- el que discuta o no que la victoria de Fernando Alonso y su Ferrari(algo, por otra parte, esperado por todos) se debió a la avería delRed Bull de Vettel; un piloto que se mostró inalcanzable durante toda la carrera. No, no seré yo quién reste méritos (el mismo, Alonso, dijo que Vettel era inalcanzable) a una primera victoria; a ese indiscutible: “llegar y besar el santo” con el que nos obsequió Fernando Alonso.
Creo que, tras la explosión de júbilo por la primera victoria deAlonso y Ferrari, cabe reflexionar no solo sobre lo ocurrido el pasado domingo en Bahrein, si no también en lo que nos deparará la próxima cita de este Mundial. Pero primero déjame que analice, desde un punto de vista crítico, lo que vi o vimos por televisión.
La carrera de este año, a mí, me pareció tan, digamos,”normal" como las de otros años. Sí, hay más coches en pista (4 más, que a cinco metros por coche, alargan la parrilla de salida unos veinte metros) pero la carrera en si misma, fue lo de siempre: ahora pasa uno, ahora dos que van pegados, ahora tres más, ahora otro y así durante casi dos horas. No digo yo que las carreras de F1 deban ser de otra manera, pero tampoco quiero que nadie “me venda la moto”: los F1 con aerodinámicas imposibles, no pueden adelantarse y cuando lo hacen, normalmente es en una apurada de frenada o en plena trazada: se trata más de echarle huevos que de otra cosa.
Los candidatos, antes de Bahrein, eran muchos: Ferrari, McLaren, Mercedes y Red Bull. Después de lo visto el sábado y el domingo, a mi modo de entender, los candidatos y, por tanto, protagonistas de este año serán: el Red Bull, ojo, de Vettel (que no el de Webber); los dos Ferarri, claro, el McLaren de Hamilton y el Mercedes GP de Rosberg. Dejo fuera a Schumachery Button. Por tanto estamos hablando más de un campeonato de pilotos que no de coches; y en este aspecto Alonso y Vettel (los pongo por orden de abecedario) para mi, en mi más que modesta opinión, son los hombres a seguir. El resto, pues mira, ya veremos…
Coches. Inalcanzable (hasta la avería) el motor Renault del Red Bull de Vettel. Rápidos también y consistentes, los Ferrari y los Mercedes, un punto y aparte para los recién llegados Cosworth.
Neumáticos. Si hemos de hacer caso de todo lo dicho a lo largo del fin de semana, en la vuelta 30 los neumáticos estarían hechos trizas, y no fue así. Los cambios en boxes fueron rápidos, tan rápidos (4 segundos por término medio) que apenas podías fijarte en lo que hacían los mecánicos: en un santiamén entraba el coche, le cambiaban las cuatro ruedas y salía disparado a pista. Se ha ganado en seguridad pero se ha perdido el morbo de ver quién era el primero que se llevaba la manguera de combustible…
Y poco más. En este contexto general los F1, por mucho que se empeñen la Federación Internacional (FIA) siguen sin dar un gran espectáculo; solo a veces abres más los ojos cuando dos coches llegan a final de recta emparejados: frenan, se cuelan y se adelantan. Pero eso ocurre cada, pongamos, media hora y una carrera dura casi dos horas, o sea, que pasa, a lo mucho, un total de cuatro veces… Creo que es poco espectáculo, para tan grande circo.