La realización del SsangYong Tívoli nos ha parecido más elaborada que la de modelos anteriores de la marca. Estéticamente se ha cuidado bastante, con un diseño muy moderno y la sensación de estar ante un vehículo de mayor calidad. Con todo, no podemos dejar de comentar la presencia de ciertas marcas en los embellecedores interiores de los pilares delanteros que nos hicieron dudar de si el automóvil probado podría haber sido retocado para ofrecer una mejor terminación, aunque es algo que no podemos afirmar ni desmentir por completo.
Entre los aspectos positivos del Tívoli están los asientos. No sólo ofrecen una dureza adecuada sino que, además, disponen de una forma que permite suficiente confort y comodidad siendo, en nuestra opinión, los mejores que hemos probado dentro de la gama SsangYong. No obstante, al sentarse al volante el conductor no podrá regular la profundidad del mismo porque, simplemente, no existe, siendo este un elemento negativo de las características del mismo. El propio volante ofrece sin embargo un buen diseño y tacto, incluyendo además botones para manejar el sistema infotainment o el control de crucero (en las versiones que lo incorporan).
El resposabrazos central no dispone de regulación pero sí ofrece un gran hueco en el que incluso se puede alojar una tablet. El aspecto de los huecos es de los más favorables en estas plazas, contando también con un espacio por encima de la guantera y siendo esta última bastante más profunda de lo habitual.