Hace apenas unas semanas nos sorprendíamos con la salida a la palestra del escándalo Mitsubishi, desvelándose que la firma japonesa llevaba cerca de 25 años ofreciendo datos irregulares de consumo en vehículos comercializados en Japón. Hoy, es Suzuki la que admite haber realizado una práctica similar, aunque no tan acusada ni tan prolongada en el tiempo.
Según ha confesado la propia marca, habrían estado empleando métodos que no se ajustarían al ciclo de homologación de consumos para su mercado doméstico. Sin embargo, desde Suzuki insisten en que la desviación entre las cifras de consumo obtenidas en base al método que estaban utilizando y las obtenidas de acuerdo al correcto ciclo de homologación son mínimas, estando dentro del margen de error aceptado.
Estas irregularidades habrían comenzado en 2010 (según modelos), y alcanzarían a un total de 2,1 millones de vehículos, todos ellos comercializados en el propio mercado japonés. Entre los modelos afectados encontramos desde populares keicars hasta modelos conocidos globalmente como el Jimmy, el Ignis, el SX-4, o el Baleno.
Aunque la directiva ya se ha disculpado oficialmente, y pese a que a simple vista parezca un asunto menor si lo comparamos con el escándalo de Mitsubishi, sus accionistas no han perdonado. Sus títulos han estado sufriendo un importante varapalo en el plano bursátil, llegando a caer más de un 10% el valor de cotización de sus acciones en algunos momentos.