Madre mía la que se ha liado con la presentación del Tesla Model 3, menuda algarabía. Nunca había visto nada parecido con un coche de estas características; publicaciones por doquier, incluso en medios que poco tienen que ver con el automóvil, comentarios en redes sociales, en foros… una locura similar a la que puede provocar el lanzamiento de un nuevo modelo de Ferrari, Lamborghini o Aston Martin con los que sólo tiene en común las cuatro ruedas que apoya contra el suelo. Hay que reconocer que en Tesla están haciendo las cosas rematadamente bien, desde que apareció el Tesla Roadster, aquel descapotable deportivo sobre la base del Lotus Elise, hasta este nuevo Model 3, las cosas han cambiado mucho y actualmente, Tesla es una de las empresas más valoradas a nivel mundial, sin ir más lejos, sus acciones el mismo dia de la presentación del Model 3 estaban valoradas a razón de 230 dólares, cifra que como poco, debería mantenerse con la llegada de este nuevo modelo, destinado al mercado de masas como bien explicó el propio Elon Musk, el Steve Jobs de los coches (para muchos, el sustituto de este).
Las comparaciones con Apple no se quedan ahí, varios analistas aseguran que el lanzamiento del Model 3 será para Tesla un hito como lo fue el iPhone para Apple, ahí es nada. Y puede que tengan razón pues cuando faltaba media hora para la presentación del coche, ya se habían registrado nada menos que 11.500 reservas, que actualmente, a día 2 de abril de 2016, superan las 230.000 y ojo, que cada reserva son 1.000 dólares, haz el cálculo de lo que ha ingresado Tesla en estos días solo en reservas de un coche que no entrará en producción hasta 2017. No obstante, Tesla tiene un problema serio que remediar mientras tanto, y es la capacidad de producción. El año pasado fabricaron un total de 50.000 unidades, algo que visto la demanda que está teniendo el modelo, podría poner a Tesla en un aprieto y las listas de espera pueden llegar a ser realmente largas, tanto en número de compradores como en tiempo. El Tesla Model 3 es el primer coche de la firma americana diseñado para llegar a todos los públicos, o al menos a mucha más gente que los Model S o Model X, vehículos caros y de ‘alto standing’ que por otra parte, van a prestar toda su tecnología al pequeño miembro de la familia Tesla, como es el sistema Autopilot de conducción autónoma. Esto es algo de lo que ha hablado varias veces Elon Musk, asegurando que el futuro del automóvil pasa por la conducción autónoma, algo que personalmente, espero que no se cumpla nunca. La conducción autónoma mataría el coche tal y como lo conocemos y eso, amigos, creo que será horriblemente horrible.
Pero también creo que eso de la conducción autónoma puede ser tema para otro artículo, dejemoslo de lado y sigamos con el Tesla Model 3, un coche que según afirmó Musk en la presentación, costará 35.000 dólares, al cambio, algo menos de 31.000 euros, lo que le abre un abanico de posibilidades en cuanto a mercado. Además, anuncia una autonomía de 346 km gracias a unas baterías de 75 a 90 KWh, junto a una aceleración de 0 a 100 por debajo de los 6 segundos. Esto ha dado qué hablar, el Model S supera los 450 km de autonomía y muchos se preguntan el motivo de que el nuevo modelo no alcance esa cifra. No obstante, los expertos afirman que supone una autonomía suficiente para que los clientes le pierdan el miedo a estos coches. Por otro lado, Elon Musk ha comentado que piensan ampliar su línea de carga de alta velocidad que pasaría de 7.000 puertos a unos 15.000 en Estados Unidos, lo que ayudaría a los clientes a tener todavía menos miedo a los recorridos de larga distancia. Estéticamente es diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, es bonito, pero he visto muchos comentarios respecto a la ausencia total de calandra en el frontal, algo que no entiendo porque tiene su explicación y además, con toda lógica. Los coches convencionales, animados por motores de combustión interna, generan mucho calor y necesitan de un flujo de aire continuo para refrigerarse y para quemar la mezcla combustible, la calandra es simplemente una de las muchas entradas de aire aunque esta va directamente al vano motor, encontrando el radiador por el camino y sacando el calor del vano a su paso. las rejillas son simplemente una barrera, una especie de red que evitar que cualquier porquería de la carretera o cualquier objeto impacten contra el radiador o contra otros elementos. El Tesla Model 3 no tiene un motor de combustión y sus necesidades de refrigeración son diferentes y por si fuera poco, el vano delantero tiene un hueco destinado al almacenaje de cosas, es decir, un maletero. Hacer una entrada de aire que vaya directa a ese maletero es cualquier cosa menos algo lógico. Vale que resulta raro, pero coches como el Nissan Leaf tampoco la llevan y no vi comentarios al respecto, incluso coches con motores de combustión carecen de calandra propiamente dicha, como la anterior generación del Renault Megane lanzada en 2008, que tenían una pequeña abertura horizontal entre el capó y el paragolpes…
Su habitáculo sí que rompe los moldes de todo lo visto hasta ahora. No ha botones de ninguna clase, todo es muy limpio en diseño e incluso podría decirse que muy soso, pero tiene una enorme pantalla en el centro del salpicadero que parece más una televisión que una pantalla para controlar los sistemas del coche; es casi tan grande como la pantalla de mi ordenador. Son 15 pulgadas de pantalla puesta de manera horizontal que se sujeta mediante un soporte al salpicadero y le otorga esa imagen de televisión. La del Model S alcanza las 17 pulgadas, pero al estar enrasada con el resto de la consola central no llama tantísimo la atención. Musk prevé una producción anual de 500.000 unidades, para lo que necesitará su mega factoría instalada en el desierto de Nevada a pleno rendimiento, de donde saldrán las baterías para sus modelos a un ritmo endiablado. Como he comentado, su fabricación comenzará en 2017, pero a Europa no llegará hasta 2018.
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