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Prueba Volkswagen Golf GTI Clubsport

Por Gregorio Arroyo

Si hay un icono entre los deportivos compactos, éste no es otro que el Volkswagen Golf GTI. Este modelo 'popularizó' hace 40 años poder disfrutar de un modelo de altas prestaciones sin necesidad de tener que realizar un enorme desembolso, aunque tampoco lo regalaban precisamente. Y desde que viera la luz, en 1976, siempre ha sido una referencia. Ahora cumple 40 años y como suele ser habitual en la marca alemana, homenajea a este verdadero hito con una serie exclusiva, denominada Clubsport, algo que ya es una constante cada cinco años.

imagen delantera volkswgen golf gti clubsport

 
Más allá de una obsesión para coleccionistas, en principio sólo se destinarán 290 unidades al mercado español, el Golf GTI Clubsport es un vehículo de raza que se desmarca del resto de la gama GTI, para situarse entre el Volkswagen Golf GTI Performance, con 230 CV, y el poderoso Volkswagen Golf R, ya con 300 CV y tracción total 4Motion. ¿Y por qué decimos esto? Pues porque al margen de su personal estética, introduce mejoras en aerodinámica, tecnología y equipamiento que le convierten en un verdadero 'pura sangre'.
 
imagen trasera volkswagen golf gti clubsport
 
Vayamos por partes. Su estética exterior es más agresiva, pero no de cara a la galería precisamente. Es nuevo el paragolpes frontal para optimizar la refrigeración, el alerón trasero es más generoso para aumentar la fuerza hacia el suelo sobre el eje trasero, y trabaja codo con codo con el difusor ubicado en la parte baja de la zaga para convertirse en una lapa. Estos tres elementos 'pegan' literalmente al vehículo contra el suelo a altas velocidades. De serie el color de la carrocería es blanco puro con el techo pintado en negro brillante, el mismo tono con el que se rematan las carcasas de los retrovisores. Y también en su dotación estándar incorpora unas llamativas llantas forjadas de 18 pulgadas.
 
Accedemos al interior. Es un Golf, no cabe duda, pero nos recibe con unos llamativos asientos tipo buckets rematados en Alcántara, superefectivos a la hora de sujetar el cuerpo lateralmente, pero que dificultan un tanto la entrada y salida del habitáculo. Este capricho, indispensable si queremos rodar rápido, cuesta 1.720 euros en la carta de opciones y en ese precio no encontraremos regulación eléctrica, masaje o calefacción. Sólo nos permite regular la inclinación del respaldo.
 
 
Observamos detalles y acabados específicos en los paneles de las puertas, el salpicadero, el cuadro de mandos... Destacamos el volante deportivo antideslizante rematado en Alcántara y la marca roja 'arriba a las 12' para no perder la referencia a la hora de girar. Es un deportivo, pero no renuncia a la funcionalidad y el confort de un compacto. Por eso nuestra unidad incorpora una práctica carrocería cuatro puertas, mantiene las cinco plazas (la central trasera no es de lo mejor debido al voluminoso túnel central) y el maletero mantiene los 380 litros de capacidad.
 
Giramos la llave de contacto y en ese preciso momento nos damos cuenta de lo que hay debajo el capó. El motor es un viejo conocido, ya que se trata del 2.0 TSI de cuatro cilindros, inyección directa y turboalimentado, el mismo del Golf R, pero en este caso la potencia se queda en 265 caballos. ¿O tendríamos que decir 290? Pues las dos cifras son correctas. Nos explicamos. Siempre gozaremos de un mínimo de 265 CV, pero la denominada función 'boost' permite que la electrónica intervenga y durante 10 segundos disfrutaremos de esos 25 caballos extra, siempre y cuando pisemos a fondo el acelerador, ya que debe reconocer el efecto 'kick-down'. También el par máximo se incrementa de 350 a 380 Nm. La función 'boost' está disponible desde la tercera y hasta la sexta velocidad. Y aprovechamos para indicaros que nuestro protagonista porta una transmisión de doble embrague DSG, aunque también se ofrece la posibilidad de una caja manual igualmente con seis relaciones.
 
 
Pero basta ya de teoría y pasemos a la acción. Medimos al detalle sus prestaciones y son de órdago. En Alemania podríamos circular a 250 km/h en los tramos de autopista sín límite de velocidad y en nuestro circuito de pruebas firmamos una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos (homologa 5,9 pero nuestra unidad viene con varios extras, entre ellas unas llantas de 19 pulgadas con neumáticos 225/35). También es capaz de cubrir el primer kilómetro desde parado en 24,9 segundos, momento en el que ya iremos a 216 km/h. Para lograr esos tiempos es fundamental activar la función 'Launch Control' y el modo Sport en el cambio, con el fin de salir rápido y sin perder rueda, porque a diferencia del Golf R, este GTI supervitaminado recurre a la tracción delantera exclusivamente. Por cierto, el sistema 'Launch Control' permite estirar la función 'boost' hasta los 20 segundos.
 
Algunos os preguntareis si se nota la 'patada' al entrar en acción la función 'boost'. Se nota algo, sí, pero nada de quedarse pegados en el asiento o cosas similares. Es palpable pero de manera muy civilizada. Su eficacia se demuestra al realizar un adelantamiento. Si tenemos que hacerlo, pasar de 80 a 120 km/h, por ejemplo, se traduce en 3,1 segundos y la maniobra la realiza en sólo 86 metros. Un suspiro, vamos.
 
Correr, corre, y mucho, pero ¿cómo se comporta cuando hay que gestionar curvas a un ritmo elevado? Pues tenemos que decir que de manera sorprendente. Hereda de la gama GTI el chasis deportivo y rebajado 15 milímetros, e incorpora un eficaz diferencial autoblocante controlado electrónicamente en el eje delantero, que trabaja en sintonía con la función dinámica XDS+. También cuenta con una dirección asistida progresiva muy directa (2,2 vueltas de volante entre topes). Con todo esto suponemos que ya iría bien, pero si añadimos la suspensión adaptativa DCC que porta nuestra unidad (1.065 euros en la carta de opciones) y activamos el modo Sport, lo cierto es que en ocasiones cuesta creer que no sea un 'tracción total'.
 
 
En giros cerrados y prolongados asimila como si nada los cambios de apoyo, el morro entra siempre, la motricidad es excelente y cuesta que subvire. En esas circunstancias el sonido bronco del motor invita a ir rápido y apurar hasta las 6.700 rpm que nos permite apurar el régimen de giro del motor, y sin perder el contacto con las levas del cambio solidarias con el movimiento del volante. Ojo que no es ninguna broma, porque aunque vaya de cine si se le 'busca' se le 'encuentra' y por eso requiere de manos expertas.
 
Al reducir o frenar, el modo Sport nos hace sentirnos más protagonistas porque realiza de manera electrónica un agradable efecto 'punta-tacón'. Los generosos discos ventilados en las cuatro ruedas y los ya mencionados neumáticos 225/35 R19 han registrado unas distancias de frenado excelentes, como los 51,5 metros que necesitó para detenerse por completo desde los 120 km/h.
 
Por las 'bravas' nos encanta, apurando sinuosos tramos de montaña o ejerciendo de pilotos en un circuito de velocidad. Sin embargo, la mayor parte del tiempo transcurrirá en el día a día por ciudad, autopistas o carreteras convencionales. En esos hábitat el Volkswagen Golf GTI Clubsport tampoco defrauda. El asistente de selección de perfiles de conducción nos permite elegir entre los programas ECO, Normal, Sport e Individual. Este último nos permite personalizar al gusto hasta ocho funciones, como la dirección, la respuesta y sonido del motor, la suspensión, el diferencial autoblocante, la climatización...
 
 
Si apostamos por una conducción más confortable y eficiente, este 'pura sangre' se domestica hasta el punto de que no parece el mismo vehículo. Este efecto bipolar le hace todavía más atractivo, porque se dulcifica para poder llevar a la familia o a los amigos sin que se les salten los empastes.
 
En cuanto a los consumos, mantiene esa doble personalidad. Si vamos 'envenenados' las cifras son casi inconfesables, pero en carretera podemos protagonizar consumos de 7,5 litros, que se elevan hasta los 9,6 en autopista. Para ello, el modo ECO cuenta con la función de navegación a vela, que para el motor cuando levantamos el pie del acelerador. En cualquier caso es complicado bajar de los 8,0 litros de media.
 
Por último examinamos el equipamiento de nuestro protagonista. En su dotación de serie disfrutaremos de faros bixenón, un control de velocidad de crucero adaptativo ACC con asistente de frenada de emergencia Front Assist, retrovisores exteriores abatibles eléctricamente, sensores de aparcamiento traseros, luces traseras con tecnología led, selección de perfiles de conducción, alarma, climatizador bizona, detector de fatiga del conductor, pantalla táctil en el salpicadero...
 
Sin embargo, cuesta asimilar que en nuestro protagonista, que cuesta 40.700 euros, haya que pagar por elementos o asistentes como una alerta de cambio involuntario de carril, un detector de vehículos en el ángulo muerto, una cámara de visión trasera o unas luces de carretera inteligentes. Un pequeño lunar final que no importará demasiado a los que busquen un vehículo prestacional, exclusivo y prácticamente de colección.
 
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Publicado el: 20/11/2016
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