La grandeza de la razón
Mecánicas como el dos litros que monta este Volvo permiten obtener buenas prestaciones de un automóvil de casi cinco metros de largo. Su buen par motor ofrece fuerza sin perjudicar al consumo.
El Volvo S80 nació en el año 2000, aunque recibió algunas modificaciones en el 2006. Entre sus particularidades estéticas está el denominado Catwalk, una especie de abombamiento a la altura de la cintura que le otorga una imagen muy particular al modelo y que posteriormente adoptaron prácticamente todos los modelos de la marca sueca.
(Vídeo sobre el interior)
Acceder al interior del S80 y encontrar una buena postura de conducción es de lo más sencillo pero, sobre todo, es confortable, pues los asientos están entre los elementos mejor logrados de un habitáculo que destaca por la buena sensación de calidad tanto en ajustes como en materiales. Curiosa además la consola central que, como en otros Volvo, se encuentra como en voladizo, dejando también un hueco por detrás de la misma.
El interior presenta una estética que, dependiendo de los colores, puede ser muy sobria o especialmente llamativa. La consola central agrupa un buen número de mandos, aunque muchas de las funciones están disponibles también desde el volante. Con muchos botones, el uso de todos los mandos es muy directo. La botonera, por su parte, es bastante grande, probablemente adaptada al uso que se da en tierras nórdicas, donde la conducción con guantes es algo habitual.
La llave de contacto se inserta a la derecha del volante, dejando el arranque para un botón situado justo a su lado. Muy bien pensado está el navegador. Un botón ubicado tras el volante permite ocultarlo o mostrarlo dependiendo de si lo necesitamos, quedando su posición justo en el centro del salpicadero.
Para la climatización contamos con un gran despliegue de botones que controlan las dos zonas diferenciadas. Existen multitud de posibilidades para encontrar la opción más adecuada a nuestros gustos. Su funcionamiento es bastante satisfactorio.
Existe un pequeño letrero con la palabra BLIS (Blind Spot Information System) cerca de los retrovisores. Se trata de un chivato sobre la existencia de vehículos en la zona del ángulo muerto del mismo. Cuando existe algo que penetra en dicha zona se activa un chivato luminoso que nos avisa de esta circunstancia.
No disponible en la versión Kinetic, el aviso de aparcamiento trasero es de serie en Summum y Momentum, mientras que el delantero es opcional en ambos. Con un toque de botón podemos también bajar los apoyacabezas traseros para mejorar la visibilidad hacia atrás. Dependiendo del acabado podemos incluso contar con tres posibilidades de suspensión, aunque la existencia de unas suspensiones bien elaboradas no nos parece que haga esta opción recomendable. En el volante encontramos mandos para, prácticamente, todos los elementos del automóvil y, si somos sibaritas, también existe la posibilidad de montar techo opcionalmente.
(Vídeo de exteriores)
En su oferta mecánica actual, la gama del S80 se despliega en cinco mecánicas de gasolina y tres de gasóleo, contando con potencias que van desde los 134 CV del 2.0D que nos ocupa hasta los 311 de la especial versión V8. El motor de cuatro cilindros y 134 CV diésel es fruto del acuerdo de Ford (propietaria de Volvo) con PSA para producir motores diésel de baja cilindrada, y lo montan modelos tan dispares como este S80 o el Ford Focus, Citroën C4 o Peugeot 308, siendo uno de los más repartidos del citado acuerdo.
Los 134 CV que se anuncian no quedan en absoluto escasos para un automóvil del tamaño del Volvo. Tanto es así que en carreteras amplias, que serán el terreno habitual de un vehículo tan amplio como el Volvo (4,85 metros de largo), no se echa en falta mayor potencia en prácticamente ninguna situación. Con una entrega de fuerza muy limpia y progresiva, el funcionamiento de la mecánica se ve beneficiado por los desarrollos del cambio manual de seis relaciones, mientras que los consumos pueden muy bien quedarse en el entorno de los siete litros de media.
El confort de marcha es tremendamente elevado gracias a unas suspensiones especialmente estudiadas para proporcionar comodidad y que, no obstante, son capaces de aportar un buen aplomo en vías rápidas e incluso un comportamiento notable cuando nos adentramos en zonas más viradas.
Grande, casi ostentoso, pero con un motor tan racional como su precio, apostamos por el éxito comercial de esta buena versión del S80 a la que, si tuviéramos que ponerle un pero sería su maletero. No es que falte espacio para unas maletas pero, con tanta longitud de coche, sería de agradecer mayor volumen que los 480 litros que ofrece cuando, además, la rueda de repuesto es del tipo galleta o emergencia.
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