A pesar de pertenecer, o buscar pertenecer, al competitivo segmento de los compactos premium, en las plazas posteriores del Volvo V40 encontramos como primera pega de importancia la casi total ausencia de salidas de aire hacia dicha zona. No hablamos ya de que pueda incorporar aire acondicionado con controles independientes, sino simplemente de unas salidas de aire que ofrezcan mayor comodidad a los ocupantes de las plazas posteriores. Unas pequeñas salidas bajo los asientos de las plazas delanteras es lo único con lo que cuentan estos ocupantes para conseguir cierto confort climático.
Pocas quejas encontramos sin embargo en cuanto a espacio y comodidad de los asientos siempre que hablemos de dos ocupantes. Con un respaldo especialmente diseñado para sujetar muy bien el cuerpo, la presencia de un reposabrazos central y más que suficientes cotas de altura y longitud se añaden al buen diseño de los asientos para dar buen acomodo al cuerpo aunque tengamos un tamaño superior al metro ochenta de estatura. Entre las plazas laterales encontramos incluso un curioso hueco para dejar bebidas bastante más atractivo y a nuestro juicio útil que otras realizaciones que aprobechan el reposabrazos para estos menesteres, aunque desgraciadamente esto no quiere decir que en este último tengamos algún hueco para dejar impedimenta. Esta carencia de huecos tampoco se solventa con el que disponemos en las puertas, ocupadas por grandes altavoces y con un bolsillo pequeño. Como ligero consuelo disponemos de huecos laterales en donde se pueden dejar objetos de pequeño tamaño.
Otro elemento en el que no se han tomado excesivas molestias es en el diseño de los anclajes isofix. Ahora que nos estamos acostumbrando a esos que se encuentran fácilmente nos resulta chocante que en un coche como el V40 se haya optado por los antiguos, en los que encontrar el anclaje para poner la silla supone el primer gran quebradero de los padres a la hora de situar las sillitas de los niños. Esto, que es casi una anécdota, supone sin embargo otro inconveniente por el deterioro que sufren los asientos si andamos quitando y poniendo los SRI.
En un coche compacto como el V40 se suele aprovechar a menudo la posibilidad de abatir los asientos posteriores para encontrar buena capacidad de carga, ya sea por necesidades laborales o porque los usuarios también realizan actividades al aire libre que requieren dicho espacio como, por ejemplo, los cada vez más habituales ciclistas. Fáciles de abatir desde atrás, los asientos sólo disponen de un botón lateral (no de otro que permita abatirlos con facilidad desde atrás). El hueco del maletero no es sin embargo demasiado amplio, sobre todo en altura, debido además del propio diseño a la presencia de una bandeja intermedia que roba mucho espacio. Con rueda de repuesto de emergencia el diseño del maletero tampoco es uno de los elementos que más nos haya atraído del Volvo V40.
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