La verdad es que viendo la pelea entreRossi y Lorenzo en el GP de Japón me he convencido que debajo del manto de “simpatía” de Rossi se esconde una cierta actitud “canalla”. Lorenzo, que no tenía porqué hacerlo, se la jugó con Rossi: le adelantó por el interior, luego por el exterior, se tocaron: Rossi se le hecho encima. Y, cunado pudo, Rossi también le sacó el pie derecho, en plena frenada, sin duda, para cerrar “espacio”; para confundir a Lorenzo, cosa que en ocasiones funciona.
Rossiha tenido y tiene –aunque le queda poco- la imagen de buen “chaval” con pinta de “gamberro”; pero buen chaval. Su destreza sobre una moto puede catalogarse de excepcional. Y así ha sido desde que debutó en 125 c.c. Siete campeonatos del mundo de la máxima categoría, más los de 125 y 250, son muchos. Pero un buen día llegó un tipo, en principio, antipático, pero rápido como él: Jorge Lorenzo.
Rossi lo acogió, pero pronto el “niñato” Lorenzo empezó a ponerle las cosas difíciles. Suerte que Lorenzo se cayó una y otra vez, y Rossivolvió a ser campeón del Mundo. Pero de las caídas, Lorenzo, aprendió a ser paciente. Al siguiente año, Lorenzoya no se caía y sus tiempos se aproximaban, sino superaban, a los que conseguíaRossi con la misma moto. Llegó el murode separación, exigido porRossi para evitar que el “niñato” Lorenzo, que ya no era tan antipático y que además le ganaba, copiara sus soluciones técnicas. Lorenzocorrió y mucho con la misaYamaha que Rossi, tanto que a Rossi, sin duda presionado, le llegó su “gran caída”, la que le dejó bastante roto.
Rossi pocas veces se había caído. Pero cuando alguien le hizo sobrepasar sus límites (que están, no hay duda, muy lejos) se cayó y se rompió. Ahora, concretamente en Japón, yo vi a un Rossi desbordado, incluso canalla. Lorenzo, que no se corta, lo intentó sin necesitarlo, el campeonato ya es suyo. Y Rossi no le ayudó en absoluto. Por tanto, insisto, para mí, Rossi, es agua pasada. Ni me cae simpático ni tampoco creo que siga siendo el mejor del mundo. Y su aspecto “gamberro”, cuidadosamente aumentado con detalles como decoracions en el casco rompedoras, pendientes, collares y pulseras, se ha convertido en un canalla grosero ypeligroso en la pista. Lorenzo que, insisto, no se corta, lo dijo muy claro: alguien, algún día, le pagará con la misma moneda que el usa en la pista… No es solo “un aviso a los navegantes”.