F1 - 2011: ¿Nuevo reparto del pastel?

Con Briatore y Montezemolo, director de Renault F1 y presidente de Ferrari respectivamente, la FOCA (Formule One Constructors Association), la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) y la FOM (Formule One Management) que preside Ecclestone, realizaron un ira y afloja con respecto al reparto del pastel económico que es el Mundial F1.

Dos años más tarde, por poner una fecha, Montezemolo ha vuelto a insinuar que pese a los acuerdos debería revisarse la relación entre FOCA, los equipos, y la FOM, que es quien dispone de los ingresos de la organización del campeonato del mundo de F1. Un tema que parecía zanjado, vuelve de nuevo a insinuarse.

Sin Briatore, Montezemolo es la cabeza visible de la asociación de equipos que participan en la F1, por lo que se teme que, en breve, este tema meramente económico, sea el foco de atención cara a la próxima temporada que empezará oficialmente dentro de pocas semanas con los primeros test en Valencia.

La audiencia de la F1, no se puede negar, ha aumentado. Si las nueva normativa permite mayor espectáculo (neumáticos más críticos, alerones traseros móviles y el sistema kers) las retransmisiones favorecerán que haya más público pegado a las pantallas de televisión y ello reportará mayores ingresos a la FOM, a la empresa que preside Ecclestone; un nuevo pellizco millonario en concepto de derechos de imagen.

Se habla, otra vez, de un posible campeonato paralelo fuera del ámbito del exclusivista Ecclestone, un nuevo Mundial de F1 organizado por otra empresa en la que podrían tener mayor participación los equipos inscritos.

Montezemolo lo ha insinuado, los equipos le apoyarán y Ecclestone renegociará. Mientras unos se pelean, la FIA, el máximo rector para organizar una carrera internacional, nada tiene que perder, ya que seguirá ingresando más o menos lo mismo.

Pero nadie, absolutamente nadie habla de los ingresos, cada vez menores, de los circuitos que albergan el calendario del Mundial F1: mucha televisión y pocas entradas de público, lo que hace que cualquier Gran Premio sea, de entrada deficitario sino cuenta con el apoyo económico de un buen patrocinador.