F1: jugando al gato y al ratón...

El RB6 estaba completando una pretemporada algo irregular, habían sido tan rápidos como inestables a lo largo de las pruebas llevadas a cabo en España (primero en Valencia y poco más tarde en Jerez) y esa misma tónica continuó en la antepenúltima sesión celebrada el pasado viernes en el circuito de Montmeló (en Barcelona).

Sin embargo, ese día Adrian Newey decidió dar una vuelta de tuerca a todo lo diseñado anteriormente por el resto de los ingenieros de la Fórmula 1, algo a lo que está muy acostumbrado. Ese día el monoplaza de las bebidas energéticas montó sus dos escapes a nivel de tierra, para rebajar el centro de gravedad del bólido, y no tan elevados como el resto de monoplazas, una solución que utilizó Ferrari hace años.

Por suerte para Red Bull nadie había sospechado nada hasta que la revista Autosport y la web thef1.com han dado la voz de alarma. Adrian Newey había conseguido burlar las miradas indiscretas de la competencia utilizando algo tan sencillo y tan poco tecnológico como unas pegatinas (muy bien diseñadas, simulando incluso los tornillos que los anclan al chasis del monoplaza). Estas pegatinas fueron colocadas en la ubicación habitual de los tubos de escapes y, la verdad, es que "colaron". Además, para evitar que los verdaderos escapes fueran descubiertos, los pintaron del mismo color que la fibra de carbono.

Está claro que en la F1 es tan importante acertar a la hora de diseñar las nuevas piezas como que no las descubran hasta el último momento.