Ecclestone ha confirmado que la F1 regresará a Estados Unidos en 2012 y lo hará en un circuito construido específicamente en Austin, capital del estado de Texas y en Indianápolis como en otras ocasiones.
El máximo responsable de la Fórmula 1 y la compañía Full Throttle Productions, responsable de varias pruebas de la NASCAR, han firmado un contrato de diez temporadas de duración que permitirá la vuelta de la Fórmula 1 a los Estados Unidos, después de que Indianapolis se cayera del calendario.
"Por primera vez en la historia de la Fórmula 1 en los Estados Unidos se van a construir unas instalaciones de nivel mundial para albergar el evento," ha señalado Ecclestone, que destacó que el Gran Premio no se había disputado en un circuito permanente desde que se celebrase en 1980 en el trazado de Watkins Glen.
Tradicionalmente los Grandes Premios de Estados Unidos se habían disputado en distintos circuitos urbanos hasta que Indianapolis acogió la carrera en un trazado interior al legendario óvalo y dio continuidad a la prueba a principios del 2000.