Hasta hace muy poco las presentaciones de los prototipos más vanguardistas se hacían en los salones del automóvil, pero de un tiempo a esta parte hay eventos, como el CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas, que son el escenario escogido por alguna marcas para enseñar lo más revolucionario en cuanto a tecnología. Ese ha sido el caso de Toyota con el Concept-i.
Creado por el estudio de diseño CALTY Design Research de Toyota ubicado en Newport Beach (California), y con el desarrollo de tecnologías de experiencia de usuario del Toyota Innovation Hub en San Francisco (California), el Toyota Concept-i ha sido creado en torno a la filosofía ‘calidez cinética’ (‘kinetic warmth’), la idea de que las tecnologías de movilidad deben ser cálidas, acogedoras y, sobre todo, divertidas.
Por ello, este prototipo fue desarrollado para crear una experiencia de usuario envolvente y activa. Una de las innovaciones más sorprendentes del Concept-i es que aprovecha la potencia de un sistema de inteligencia artificial para prever las necesidades de los usuarios, inspirar su imaginación y mejorar su calidad de vida.
En el corazón del Toyota Concept-i hay un potente sistema de Inteligencia Artificial que aprovecha múltiples tecnologías y mide la emoción, representada en función de los lugares y momentos por los que viaje el conductor en todo el mundo.
Si bien en determinadas circunstancias el usuario puede escoger entre conducción autónoma o manual en función de sus preferencias personales, el Toyota Concept-i supervisa constantemente la atención del conductor y el estado de la vía con el objetivo de incrementar la conducción autónoma cuando sea necesario para potenciar la implicación del conductor o ayudar en la navegación en condiciones de tráfico potencialmente peligrosas.
La interfaz de usuario de nueva generación que sirve de plataforma para la inteligencia artificial del vehículo lleva por nombre ‘Yui’. Y es que el interior del Concept-i envuelve la zona del conductor y el acompañante delantero, así como el resto del vehículo, con unas líneas fluidas y unas formas interiores diseñadas para potenciar la capacidad del sistema de utilizar la luz, el sonido, e incluso el tacto, para comunicar información importante.
El Concept-i evita las pantallas en la consola central y presenta la información cuando y donde es precisa. Por ejemplo, las luces de color en la zona de los pies indican si el vehículo está en modo autónomo o manual, unos discretos proyectores en la bandeja trasera presentan imágenes en el pilar de los asientos para avisar de ángulos muertos y un sistema de información proyectada en el parabrisas de nueva generación ayuda a mantener la mirada y la atención del conductor en la carretera.
La parte posterior del prototipo muestra mensajes para avisar sobre curvas que se acercan o posibles peligros y, desde fuera, se puede saber si el vehículo está funcionando de forma autónoma o si su conductor está 100% a los mandos.