La obsesión por la velocidad siempre ha sido algo inherente al ser humano. Antes incluso de la invención del automóvil ya se buscaba siempre el caballo más rápido, el ferrocarril más rápido o incluso los dirigibles más rápidos. No importa la época ni el vehículo, la cosa era superar los límites que había en cada momento y pasar a la historia.
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