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Mi sobrino, sus personajes favoritos y... "el pocero"

Por Jorge Botella

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Mi sobrino, a sus 11 años, como es habitual y -en mi opinión- también preocupante, es feliz “disfrazándose” con la imagen (la camiseta por ejemplo) de este o aquél destacado deportista. Ganó el “Barça” sus 3 títulos y, cosas de la moda, se vistió con la camiseta de Messi. Llegó Cristiano Ronaldo al Real Madrid y pidió, de inmediato, una camiseta del portugués (colaborando así, aunque no lo sabe, a pagar la desproporcionada y absurda cifra de su fichaje). Y como él miles, cientos de miles, millones de chavales que ven en sus ídolos una, digamos, forma muy especial de vida que no entienden por su edad pero que les atrae enormemente y que se resume en: fama, dinero, coches… y otras cosas que no vienen al caso…

CuandoFernando Alonso ganaba carreras, no le faltó en su armario una camiseta y una gorra del equipo Renault-ING. Ni tampoco una de Rossi –aunque no ganara carreras- pero su divertida actitud personal y su mágico número “46” le gustaban. También me pidió una de Jorge Lorenzo: “es que me cae bien… Es chulo,Jorge…” me dijo. De Dani Pedrosa no quiso ni quiere ninguna camiseta. Le pregunté al respecto y me dijo que Pedrosa no le cae bien (¡!) Que lo ve muy “niñato” (¿?) y, además, añadió: no gana carreras…

Son comentarios quizá absurdos, pero a mí me parecen muy relevantes. Hoy es un chaval que debora fútbol, motos, tenis y F1, pero mañana será un potencial consumidor, por lo que los “mensajes” que hoy reciba, a buen seguro que en el futuro llegarán hacer mella en –sin ánimo de exagerar- sus decisiones o hábitos personales. Por ello es importante tener muy en cuenta que el deporte, en la actualidad, no es una simple actividad de ocio que rellena horas y hotas de televisión casi todos los domingos. El deporte de elite: MotoGP, F1, el mismofútbol (eso sí: muy limitado a los jugadores del Barça y del Real Madrid) El baloncesto (preferentemente la NBA americana, que mola más…) o el tenis son actividades donde hay figuras que le deslumbran y que, a cierta edad, se convierten en el “norte y guía” de un montón de chavales que sueñan -ilusos- con imitar a esos personajes y no precisamente solo por sus habilidades con el manillar, la raqueta, el balón o el volante.

En esta “muestreo” entre adolescente, mi sobrino, no hace mucho, me preguntó por el “pocero”. ¡Increíble!. Y me preguntó por este “especulador”, ni más ni menos, por qué lo asoció a otro de sus ídolos del pasado (para él, el pasado se remonta a no más de tres años): Sete Guibernau. Otro claro ejemplo de un piloto que pasará a la historia más por su boda con la modelo “de los morritos” que por lo que hizo en su época en “500”, y lo digo, aunque no lo parezca, desde el más profundo respeto.

Mi sobrino leyó, o le contaron o vete tu a saber como se enteró, que el personaje llamado el “pocero” había dejado sin dinero a Sete Guibernau para seguir corriendo en moto, por qué ahora -me dijo- "ese señor, esta fabricando pisos en Africa… "

Como es lógico no le conté nada de la “fantasmada” de este señor al crear en los páramos próximos a la localidad deSeseña una ciudad que, por no tener, ahora sé que no tiene ni agua; aunque sí una estatua de él mismo. Ni tampoco que unos cuantos “iluminados” le compraron pisos en esa ciudad fantasma al señor “pocero”; los mismos que hoy, abandonados a su suerte, no saben como deshacerse de ellos ni de sus hipotecas. No, no le conté, por qué tampoco lo entendería: ni falta que hace, que el deporte de elite no solo crea a sus ídolos (Rossi, Lorenzo, Alonso, Nadal, Messi, Cristiano Ronaldo, Pedrosa o Sete, solo por citar a algunos de ellos) El deporte crea también intereses económicos, sórdidas especulaciones y, en la mayoría de los casos –salvo honrosas excepciones, aunque pocas- el deportista, los ídolos de los adolescentes (los de mi sobrino de 11 años) estos personajes, en el fondo son los que menos importan. Idolos con pies de barro...

Por todo ello y ante este testimonio que, con toda seguridad, podemos hacer extensible a miles, cientos de miles de “sobrinos”, me atrevo a solicitar a los ídolos, a los personajes que tengan cuidado con sus comportamientos ya no solo en la pista de tenis, en los circuitos, en los campos de fútbol o en las canchas de baloncesto, por qué: si aún no se han dado cuenta, lo que "hagan" ellos será de inmediato “copiado” por miles o cientos de miles de “sobrinos” adolescentes.

Dicho esto solo quiero añadir que: “muchos son los llamados y pocos los elegidos”. Un buen mensaje que deberíamos transmitir con absoluta urgencia para evitar, en lo posible, heredar una generación de "juguetes rotos"...


 

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