Prueba Toyota Hilux 2.5 D4D VX: introducción, diseño, y habitabilidad

 

Todo aquel que sea un poco “fan” del mundo off road conocerá la larga historia de más de 45 años de este pick up de origen nipón, así como su fama de resistente y fiable. Esa opinión se trasladó a mucha más gente cuando allá por 2003 el mediático programa Top Gear se propuso destruir una unidad de la Hilux de todas las maneras posibles, sin llegar a conseguirlo totalmente. Pasando la Hilux desde ese momento a ser un auténtico mito Pick Up.

 

 

Nosotros antes de esta prueba nos planteábamos la siguiente pregunta, ¿de verdad es tan buena la Toyota Hilux?. Para poder responder a esta pregunta nosotros no hemos sido tan bestias como Jeremy Clarkson y compañía, pero sí que hemos sido muy rigurosos y exigentes con nuestro test, enfocándolo al uso real que pueda tener este vehículo.

 

 

Antes de nada os presentamos al protagonista de estas líneas. Como podéis leer en el título, hemos testado la Toyota Hilux 2.5 D4D VX doble cabina. Es decir, el nivel de acabado más alto para la mecánica 2.5 de 144 CV, y el nivel intermedio si analizamos la gama Hilux al completo, compuesta por GX, VX y VXL.

 

 

Su diseño exterior, renovado en 2012, es toda una declaración de intenciones de lo que es el vehículo en sí mismo. Su frontal, con parrilla cromada y una amplía toma de aire sobre el capó, destaca especialmente sobre todo el conjunto.

 

En el perfil destacan unos amplios y envolventes pasos de rueda en color carrocería que sirven de antesala a las llantas de aleación de 17” pulgadas montadas sobre neumáticos 265/55 R17. Las estriberas en color aluminio son especialmente prácticas a la hora de entrar y salir del vehículo, sin lastrar casi nada las aptitudes del mismo si aplicamos una conducción fuera de pista.

 

 

En la zaga encontraremos el cajón de carga, en este caso totalmente descubierto. El acceso al mismo, al igual que en la inmensa mayoría de pick up, se realiza mediante un sólido portón levadizo que en este caso también incluye la cámara de visión trasera, totalmente esencial para aparcar y realizar maniobras marcha atrás con esta bestia de 5,26 metros de largo. El paragolpes cromado, a juego con los retrovisores, aporta un atractivo toque distintivo.

 

 

El interior del vehículo goza en general de una buena calidad de acabados, con materiales pensados para soportar en buen estado el uso y el paso del tiempo. Con dos plazas en la parte delantera y 3 en la trasera ofrece una buena comodidad para todos los ocupantes, sobretodo al conductor y al copiloto, que disponen de unos excepcionales asientos con una muy buena sujeción, especialmente lateral.

 

 

El diseño del puesto de conducción es muy correcto, teniendo a mano todo lo que podemos necesitar durante la marcha. Ayuda a ello en gran media el volante multifunción en cuero, desde el cual podremos manejar el equipo de audio, el teléfono y el ordenador de a bordo. Cuenta además con una buena visibilidad perimetral a excepción de la zona trasera, solventando esta incidencia con la incorporación de una cámara de visión trasera que podremos observar en la pantalla a color del avanzado sistema multimedia Toyota Touch & Go.

 

La banqueta de plazas traseras, plegable dando lugar a un buen hueco de carga bajo techo, es suficiente para 3 adultos, aunque el situado en la plaza central contará con una menor amplitud provocada por la situación del túnel de la transmisión.

 

 

A medio camino entre un vehículo para un uso profesional y un uso de ocio, la Toyota Hilux dispone en su caja trasera de una capacidad de entre 730 y 780 kilogramos. Las dimensiones de la caja son de 1,54 metros de largo, 1,51 de ancho, y 0,45 metros de altura. Las dimensiones de la altura podrán variar en función de si incorporamos alguna de las variadas soluciones de cubrimiento que nos ofrece el fabricante.