Prueba Mercedes-Benz Clase A 2018; así es la cuarta generación del modelo de acceso a la gama de la estrella
Por Carlos Antón Adán
21 años después del lanzamiento de la primera generación del Mercedes-Benz Clase A, la marca de la estrella lanza la 4ª generación del modelo, siendo la 2ª desde su completo renacer en forma de compacto tradicional. Un formato mucho más acertado que el del pequeño monovolumen con el que se estrenó allá por otoño de 1997, una afirmación avalada por sus cifras de venta desde el año 2012, cuando ese completo renacer que dio origen a una nueva era de éxitos en la marca de la estrella.
Algo tienen en común esa primera generación y la cuarta que hoy analizamos; hablamos de su alto grado de evolución tecnológica, especialmente en materia de seguridad. El nuevo Clase A resulta ser todo un prodigio tecnológico, de diseño deportivo, y que dispone de un amplio catálogo de ayudas a la conducción, hasta el punto de prácticamente poder contar con todos los avances tecnológicos vistos en berlinas de la marca como bien pueden ser el Clase E o el CLS.
Pero mejor centrémonos y comencemos verdaderamente este análisis por el principio. El nuevo Mercedes Clase A crece respecto a la anterior generación en casi todas sus cotas. Con 2,73 m de batalla, su amplitud crece hasta los 4,42 m, mientras que su anchura se cifra en 1,80 m, reforzando así su carácter polivalente sin dejar a un lado el cuidado diseño de las nuevas creaciones de la marca.
Estéticamente destacan sus afilados rasgos. El frontal cuenta con una gran parrilla presidida por la insignia de la marca, mientras que sus ópticas, de tecnología LED de serie, son más alargadas y angulosas. El perfil no cuenta con elementos especialmente distintivos, mientras que en la zaga, las ópticas también se alargan y se estrechan, siendo igualmente de LED. Una estética que verá reforzado su atractivo en la línea de diseño AMG Line, compuesta de paragolpes específicos, parrilla diamantadas, taloneras, y como no, llantas firmadas por AMG.
El verdadero salto generacional se detecta al acceder al habitáculo, donde apreciaremos la verdadera envergadura tecnológica de este nuevo clase A. La parte delantera del habitáculo denota mucha calidad, con buenos ajustes, plásticos de tacto agradable, y sobre todo, por una mejor integración de los sistemas multimedia, especialmente en unidades equipadas con las pantallas panorámicas de más de 10 pulgadas tanto para la instrumentación como para el sistema multimedia mbux.
La ergonomía del puesto de conducción en la unidad probada, dotada de la línea de equipamiento AMG, es muy correcta. Dispone de asientos deportivos, volante deportivo con la parte baja achatada, levas tras el mencionado volante, y prácticamente todos los ajustes a nuestro alcance, sea de forma manual o bien con el asistente hey Mercedes del sistema MBux.
Antes de seguir analizando, debemos hacer una mención especial al ya citado sistema MBux. Un sistema Dotado de un control por voz avanzado que nos ayudará a manejar de una manera más sencilla un coche muy avanzado tecnológicamente y que nunca nos hará sentir solos en largos viajes, ya que su nivel de comprensión es bastante más alto que el de los asistentes por voz muchos de los smartphones actuales.
Si pasamos a las plazas traseras, vemos como los 12 cm añadidos respecto a la generación precedente se encuentran casi todos localizados en esta parte del vehículo. Contamos con un espacio más que suficiente para que viajen cómodamente dos pasajeros adultos, quedando siempre la tercera persona un poco enclaustrada en la plaza central como viene sucediendo en casi todos los vehículos de este segmento. Algo a mencionar es la inclinación de cojín de los asientos, no muy propicia para sentarnos correctamente, ya que las piernas no terminan de llegar a apoyar del todo. Por lo demás, el espacio como ya decimos es generoso, contamos con salida de aire en las plazas traseras, un reposa brazos central con portabebidas, incluso una red portaobjetos tras los respaldos de las plazas delanteras.
El maletero ha ampliado ligeramente su volumen. Además, dispone de unas formas más regulares no marcando su espacio los pilotos como sucedía en la anterior generación. Por supuesto, también contamos con asientos abatibles para ampliar fácilmente el volumen sacrificando, eso sí, las plazas traseras.
Llegó la hora de arrancar el motor y probar en carretera este nuevo Mercedes Clase A. La unidad testada pertenece a la versión A 200, dotada de un motor gasolina de 1,3 l con turbo e intercooler, que desarrolla 163 caballos de potencia, relacionado con una caja automática de doble embrague y siete velocidades. Un motor desarrollado bajo el paraguas de la alianza con Renault que sorprende especialmente por su rendimiento, así como por su suavidad, Y por sus bajos consumos.
Esta mecánica resulta más que suficiente para mover ágilmente la carrocería del compacto, hasta el punto de que ya cuenta por debajo con una versión de acceso a gama, denominada A180, de 136 CV. El sonido del motor al ralentí es casi imperceptible, mientras que si activamos el modo sport del Dynamic Select sabremos sacarle mucho partido a esta mecánica de baja cilindrada y alta potencia, todo ello sin sacrificar los consumos ya que será muy fácil promediar consumos de unos 6,5-7 l a los 100 km sin tener especial cuidado con el acelerador.
En resumen, el luego clase a cuenta con muchos elementos para triunfar. Es un vehículo muy Mercedes, tremendamente tecnológico, y muy apasionante. Esto hace de la nueva generación todo un referente dentro del segmento compacto premium, quizá solo comparable con el BMW Serie 1, y no precisamente por tecnología, sino más bien por la pasión que destila.
No te pierdas ni un detalle de este Mercedes-Benz Clase A en nuestra prueba en vídeo. ¡Dále a like y suscríbete!