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Prueba Nissan 370Z descapotable

Nissan 370Z, un deportivo descapotable con techo de lona y mucho carácter que en MotorGiga tuvimos oportunidad de probar con la caja de cambios automática de siete relaciones (ver **tipos de cambio**). Con posibilidad de manejo manual tanto en el propio pomo de la palanca como en las levas del volante, estas últimas son las que proporcionan verdadera deportividad al sistema. Bien ubicadas e intuitivas, la leva izquierda está destinada a bajar marchas y la derecha a subirlas. En el pomo el movimiento hacia delante es el que aumenta marchas mientras que hacia atrás se disminuyen, una acción que en los antiguos coches de carreras se realizaba al contrario pero que, con la existencia de las levas, queda en una mera anécdota, pues siempre será más fácil y seguro cambiar con las levas del volante que con el pomo del cambio.

El arranque del vehículo se realiza sin necesidad de insertar la llave en ningún hueco, basta que el coche la detecte para, apretando el botón de arranque ubicado a la derecha -y siempre que tengamos el cambio en posición P (parking)- oír el sonido de este potente seis cilindros de gasolina. Una de las grandes ventajas del Nissan 370Z se encuentra en la estudiada ergonomía del puesto de conducción. El volante, a pesar de no contar con regulación en profundidad, se encuentra unido al bloque de instrumentación, facilitando mucho la lectura de todos los indicadores. Por otra parte, unos asientos de cuero y calefactables pero con tela en el medio para no dar frío en invierno ni calor en verano disponen de diversos reglajes que, en el caso del conductor, llegan incluso a la altura individual de la banqueta o la anchura de la misma.

 

 Vídeo prueba dinámica del Nissan 370Z

Sin necesidad de quitar las manos del volante el conductor dispone de diversos mandos para controlar todos los sistemas de infotainment del Nissan, desde el navegador a la radio pasando por el ordenador de a bordo. Unido esto a la posibilidad de manejo del cambio también en el volante, basta con que situemos los brazos en buena disposición y que estudiemos previamente el manejo de los mandos para que, sin soltar nunca el volante, tengamos el amplio equipamiento del Nissan 370Z bajo control. Incluso contamos con cámara de visión trasera para contar con mayor visibilidad en las maniobras marcha atrás.

Siendo un automóvil de únicamente dos plazas y contando además con una capota escamoteable, no podemos pedirle al Nissan 370Z demasiadas florituras cuando se trata de encontrar lugares para llevar la impedimenta. Con todo, tras los asientos encontramos unos pequeños huecos con tapa en los que guardar, por ejemplo, la documentación, y si no somos excesivamente quisquillosos también podremos situar alguna maleta pequeña tras los respaldos. Eso sí, dado que a los japoneses les encanta el golf y, con mucha probabilidad, los compradores de este vehículo dispongan de una buena cantidad de tiempo libre para practicar dicho deporte, en Nissan han tenido a bien añadir en la tapa del maletero una "utilísima" pegatina en la que se informa sobre el mejor modo de acoplar una bolsa de golf en un maletero más amplio de lo esperado.

El cierre de la capota, que tiene un manejo totalmente automático mediante un botón situado entre los asientos delanteros, es muy bueno, aportando gran sensación de calidad. Más importante aún en un deportivo, la rigidez del conjunto no parece haber sufrido gran merma por la apertura de la carrocería, pues ni siquiera al realizar una conducción decidida por carreteras de montaña se observan torsiones dignas de mención. El cambio automático, de siete relaciones, ofrece un funcionamiento suave y bastante deportivo, quedándose cerca de las sensaciones de las más modernas y evolucionadas cajas del tipo cambio manual robotizado de doble embrague.

Puestos a extraer el enorme potencial del Nissan 370Z debemos ser conscientes de una de sus grandes particularidades; se trata de un deportivo impulsado por un enorme bloque V6 atmosférico de cuatro litros y más de 300 CV que transmite toda su fuerza, de manera exclusiva, a las ruedas posteriores. Ante esta realidad, la presencia de un botón en el lado izquierdo que desconecta el control de estabilidad ha de ser considerada, única y exclusivamente, por los amantes de las sensaciones fuertes que cuenten con un nivel de conducción bastante superior a la media. Pisar el acelerador más de lo debido cuando el 370Z no está totalmente recto es sinónimo de espantada del eje posterior -con los controles desconectados, se entiende- y el trabajo con el volante se acumula a marchas forzadas sobre todo si la carretera es revirada y la velocidad elevada.

 

Vídeo Análisis de interiores y equipamiento Nissan 370Z

Pero el 370Z permite también disfrutar de la conducción de un vehículo tremendamente atractivo y dócil cuando nuestro estado de ánimo así lo requiere. El enorme **par motor** desde bajas vueltas, la música procedente de la mecánica, la buena realización interior y una atrayente estética del conjunto convierten la conducción en un placer aun cuando estemos circulando plácidamente por las calles de una gran ciudad. Si, además, somos amantes de nuestro ego, la satisfacción se multiplicará varias veces al sentirnos observados por prácticamente cualquier ser humano con el que nos crucemos. Sin ir más lejos, yo llegué a pensar que tenía cierto atractivo para las mujeres ;)

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Publicado el: 21/10/2010
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