La semana pasada, el nuevo Presidente de la Generalitat de Catalunya, creo que muy oportunamente, se desplazó al circuito de Montmelo donde se estaban disputando las tres jornadas de test pre-temporada y declaró que sobre el Gran Premio de F1 que se disputa en Barcelona, quizá deberían replantearse su alto coste.
Y lo dijo en un momento en el que la actual situación económica general del país no está, digamos, para muchas alegrías; algo que – insisto- creo oportuno, por cuanto es la pura verdad: el contrato firmado con Ecclestonecomo directivo de laFOM (Formule One Management) por el antiguo“gobierno tripartito” de la Generalitat será a corto plazo, por lo poco que se conoce de su contenido, una verdadera burrada de dinero que deberá pagar el erario público, ya que unG.P. de F1 es, de entrada y salida, una actividad deficitaria económicamente.
Las voces en contra a las declaraciones deArtur Mas no han tardado en hacerse oír y, pese a que de momento son solo unas declaraciones, ya se atisba la aparición de grupos de presión en contra de que la Generalitat se meta en este tema (un tema, por otra parte, que subvenciona entre otras entidades la propia Generalitat, que forma parte delConsorcio de explotación del Circuit de Catalunya, el de Montmelo, vamos)
Así las cosas, enBahréin hemos asistido a la primera cancelación de una prueba del mundial de F1 por motivos políticos. Como bien dijoWebber cuando se le preguntó su opinión sobre si se debía ir o no a Bahréin,Webber dijo una verdad como un templo: “bastantes problemas tiene esa gente para que vayamos los de la F1…”
La F1 es, para cualquier país, ciudad o región, un acto, un evento importante a nivel de imagén, completamente deficitario pero que aporta indirectamente negocio a muchos sectores durante unos cuantos días; de esto no hay duda. Pero laF1 no es tan importante cuando las “arcas” están vacías o, como es el caso, cuando la gente sale a la calle pidiendo libertad. Entonces, laF1, no es más que un espectáculo que puede cancelarse sin que nadie se ofenda.
Esta es mi opinión y la defenderé pese a que, a mí, la F1me reporta beneficios: cobro por escribir sobre ella.