Jaguar E-Pace D180 Auto S AWD, prueba a fondo

Con todo a favor, el fabricante británico pone en escena este atractivo modelo que mide 4,39 metros de longitud, 1,98 de ancho (con retrovisores plegados) y 1,65 de alto. Es cierto que es menos 'esbelto' que el Evoque y eso repercute en una mayor sensación de espacio en el interior, aunque luego, metro en mano,  su alma gemela se defiende con todo y presenta una cota de anchura más holgada en las plazas traseras. Eso sí, en el E-Pace contamos con algún centímetro extra para 'estirar' las piernas en esas plazas.

 

 

La sensación de calidad del habitáculo es elevada, con remates en cuero y buenos ajustes, pese a que quizás se abuse en exceso de los plásticos duros. La presentación general no es para tirar cohetes, aunque la información es correcta, lo mismo que la ergonomía. Lo más llamativo es la pantalla táctil de 10 pulgadas del salpicadero, que goza de una gran resolución. Puestos a pedir quizás la hubiéramos ubicado en una posición más elevada, intercambiando la posición con las salidas de aire.

 

 

Nada que objetar al sentido práctico, ya que este vehículo ofrece numerosos huecos repartidos por el interior, y mucho menos debate aún genera el maletero, pues con 577 litros de capacidad presume de ser uno de los más amplios de su segmento. Si apostamos por una rueda de repuesto bajo el piso (doble fondo), el volumen desciende hasta los 484 litros, aunque nos moveremos con mayor confianza ya que se trata de un SUV con ciertas cualidades off road y crece, por tanto, el riesgo de un incidente en una pista de tierra con sus múltiples 'trampas'. Y como somos partidarios de la ley del mínimo esfuerzo, el portón eléctrico con función manos libres está disponible y resulta de gran ayuda cuando vamos con las manos ocupadas.

 

Bajo el capó ofrece una amplia gama de motorizaciones de la familia Ingenium. La oferta diésel contempla variantes de dos litros y cuatro cilindros con 150, 180 y 240 caballos de potencia. Nos decantamos por el intermedio, el más equilibrado, que completa sus números con un par máximo de 430 Nm a 1.750 rpm. No es un referente en cuanto a refinamiento o consumo con rivales directos como el BMW X1 o el Mercedes GLA, aunque en este sentido le pasa factura su elevado peso, que parte desde un mínimo de 1.843 kilos en la báscula. Bastante superior a la media.

 

 

Aun así, esta versión del E-Pace se defiende con ganas frente al crono. Es capaz de alcanzar los 205 km/h de velocidad máxima y acelerar de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos. Tampoco tendremos problemas para realizar adelantamientos con cierta solvencia. El rendimiento del propulsor está también vinculado a la buena gestión del cambio automático con convertidor de par de nueve relaciones que porta nuestra unidad. Presenta un programa deportivo y función secuencial para cambiar de marcha, tanto en la palanca como en una levas que, eso sí, son opcionales. Lo cierto es que este tándem resulta tan refinado como confortable y sofisticado en su funcionamiento. Si apuramos, el régimen de motor superará levemente las 4.000 rpm, pero más allá de esa cifra no aporta mucho más y forzaremos el motor inútilmente.

 

 

El chasis recurre a esquemas de suspensión independientes en ambos ejes y de serie cuenta con un eficaz sistema de tracción total. En condiciones normales prioriza el trabajo sobre las ruedas delanteras, pero en caso de necesidad por una pérdida de adherencia se puede enviar casi la totalidad de la motricidad al eje trasero. Nuestra unidad carecía de una suspensión adaptativa que se ofrece en opción, aunque el vehículo hizo gala de un aplomo y un tacto realmente deportivos. Quizás el tarado sea algo duro en determinadas circunstancias y escenarios, pero en líneas generales nada preocupantes para el confort de los ocupantes.

 

 

Otro aliado de gran ayuda es el denominado All Surface Progress Control, un asistente que funciona como un control de crucero a baja velocidad, ideal para afrontar superficies de baja adherencia o muy deslizantes, con el objetivo de que el conductor sólo se centre en el volante.

 

Además, el E-Pace permite cambiar su personalidad según sea nuestro estado de ánimo o las circunstancias meteorológicas. Desde un mando situado en la consola central el JaguarDrive Control nos permite elegir entre cuatro modos de conducción: Confort, Eco, Dynamic o una función de baja adherencia enfocada a la lluvia, hielo o nieve. Con el modo Dynamic todo resulta más rápido y podemos pasar un buen rato al volante. A pesar de su 'sobrepeso' ofrece un tacto deportivo, los balanceos de la carrocería están bastante controlados y la electrónica ayuda mucho en sus buenas maneras. Los frenos cumplen por su efectividad y son capaces de detener por completo el vehículo en 52 metros desde 120 km/h. Por su parte, el consumo, sin ser el mejor entre sus rivales, nos permite movernos en torno a los 7,0 litros de media durante la prueba.

 

 

Es un SUV por apariencia y no se arruga a la hora de afrontar algún reto off road, pero sin excesivas complicaciones. El sistema 4x4 resulta muy eficaz en este sentido y por pistas de tierra no tendremos problemas gracias a una meritoria altura libre respecto al suelo de 20,4 centímetros. Incluso se atreve con vadeos de hasta 50 centímetros de profundidad y presenta unos ángulos de ataque y salida más generosos que algunos rivales, pero no nos animemos demasiado que hay que tener los pies en el suelo y encajar que no está hecho para esas lides. Además no hereda las ayudas electrónicas que sí portan en Land Rover, y a las que tendría acceso directo si lo hubieran creído conveniente. Aun así superamos pistas embarradas con normalidad, pese a que los neumáticos 235/55 R19 aman el asfalto por encima de todo.

 

El E-Pace D180 AWD con caja automática y el acabado S que nos ocupa tiene un precio de 50.100 euros. No es el más barato entre sus rivales, aunque por esa cantidad ofrece una completa dotación de serie. En ella encontramos elementos como una frenada de emergencia, un control de crucero, reconocimiento de señales de tráfico con limitador de velocidad adaptativo, alertas de cambio involuntario de carril y de fatiga del conductor, una cámara de visión trasera, climatizador bizona, retrovisor interior electrocrómico, asistente de arranque en rampa, freno de estacionamiento eléctrico, acceso y arranque sin llave, sistema de navegación Pro, sistema Touch Pro, control por voz…

 

 

Ya en la carta de opciones podemos darnos el capricho, si tenemos buen fondo de bolsillo, con asistentes como un frenado de emergencia a alta velocidad, un control de crucero con función de atascos, un sistema de aparcamiento automático, los sofisticados faros Matrix LED, una suspensión adaptativa, una cámara 360º o una televisión digital, entre otras cosas.