El Alfa Romeo Giulietta dispone de un interior tremendamente aparente en todas sus versiones, incluyendo un equipamiento de serie bastante amplio desde el acabado inferior, aunque para contar con el climatizador doble es necesario acceder a la versión Progressive, pues el Distinctive se conforma con un aire acondicionado de control manual. Entre los elementos estéticos destacables del conjunto podemos destacar el típico color rojo de fondo de los elementos electrónicos como la radio, el climatizador o el ordenador de a bordo. Una buena particularidad del conjunto es la existencia de aireadores centrales superiores regulables, con lo que la obtención de una climatización acorde a nuestras necesidades se hace mucho más sencilla.
Además, también disponemos de una curiosa botonera en la zona central del salpicadero en la que se manejan elementos como el cierre centralizado, los antiniebla delanteros y traseros o la posibilidad de anular algunos elementos como el **start stop** o las sistema de luces autoadaptativas cuand éstas forman parte del equipamiento. Lo cierto es que la estética de estos controles nos recuerda a la del interior del Mini (ver **prueba mini clubman diesel 2009**).
El reposabrazos central delantero dispone de una tapa y de un hueco no demasiado grande pero sí útil. Gracias a la regulación en altura y profundidad del volante, así como a los diferentes reglajes del asiento, la posición de conducción es bastante buena, mucho mejor por ejemplo que la obtenida en el antiguo 147 donde, por algún motivo que a día de hoy todavía desconocemos, parecía que estábamos ubicados algo ladeados con respecto al volante. En este buen panorama aporta también positivamente la ubicación del cambio de marchas, a la distancia perfecta del conductor.
Análisis en vídeo de los interiores
La zona trasera del vehículo es probablemente la menos afortunada del conjunto. Por un lado los usuarios más altos verán cómo la altura general es bastante baja, situación que, a pesar de un espacio para las piernas suficiente, hace que cualquiera con más de 1,75 metros de alto se sienta algo encajonado en la fila posterior. Como añadidura encontramos además un anclaje del cinturón que resulta molesto si somos relativamente anchos. Además, el hecho de contar con unas ventanas no muy grandes hace que los niños también puedan sentir algo de claustrofobia, sensación ésta que suele ser premonitoria de mareos en largos viajes.
La boca de carga del maletero ha sido supeditada a la rigidez torsional del conjunto, pues la altura de la misma es consecuencia directa del deseo de los ingenieros de ofrecer un chasis muy rígido. En los laterales del maletero existen anclajes para colgar bolsas u otra impedimenta y contamos con un hueco que comunica con la fila posterior y que resulta útil si queremos transportar elementos largos como, por ejemplo, palos de golf o esquís. Al final, el espacio del maletero no está mal, aunque también es cierto que se consigue recurriendo a una rueda de repuesto de emergencia de las de tipo "galleta".
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