Cuando los vehículos llegan al final de su vida útil y son retirados a nuestras instalaciones en Desguace Pablo e Hijos, además de gestionar la baja administrativa en tráfico de los mismos, procedemos a la descontaminación de éstos.
Agrandes rasgos, el proceso es el siguiente: en primer lugar, se extraen los residuos tóxicos y peligrosos, continuamos separando todos los componentes que se puedan reciclar de aquellos que sean para reutilizar, y por último, achatarraremos los restos metálicos con la prensa para reducir su volumen y facilitar su transporte. Cada uno de los distintos elementos que no se consideren piezas de repuesto que puedan ser revisadas, reparadas y comercializadas, pasarán a disposición de los diferentes centros específicos capacitados para darles una nueva vida. De este modo, volverán a ser de utilidad fomentando que no sea necesaria la continua explotación de materias primas y velando por una mejora de la calidad medioambiental. ¿Cómo de aprovechable es un viejo automóvil? Descubramos en qué se pueden transformar las partes de un vehículo una vez recicladas: · Partes plásticas: todos los componentes de este tipo de material, como los parachoques y salpicaderos, serán triturados para la fabricación de plásticos nuevos. · Plásticos flexibles, elásticos y gomas: Incluso los airbags una vez se les retira el gas que se encarga de inflarlos en caso de accidente, son muy populares para la creación de aislantes de ruidos para viviendas. · Cristales: ya sean las lunas o los faros, se pueden procesar para la elaboración de distintas clases de fibras como la lana de vidrio o botellas de cristal. · Líquidos: aquí abarcamos aceites, valvulina y fluidos del sistema hidráulico y la transmisión que, una vez depurados se convertirán en nuevos lubricantes y combustibles específicos. · Neumáticos: siempre que sea posible, serán recauchutados, y una vez estén desgastados se transformarán en canchas deportivas, suelas de calzado, topes de garajes y embarcaderos, medianas en nuestras carreteras y suelos de parques infantiles en su mayor parte. · Baterías: el plomo puede ser especialmente nocivo para el medio ambiente, pero una vez recuperado, puede tener buenas aplicaciones como refrigerante de neveras, protector antirradiación, lastre submarino o convertirse en sulfato de sodio para granular detergentes o trabajar el vidrio. · Cinturones de seguridad: seguro que desconoces la de fibras que se reutilizan de estos elementos para hacer materiales de aislamiento y alfombras. · Intermitentes y luces de freno: tienen un proceso de separación complejo a causa de la cantidad de pegamentos que se utilizan en su fabricación, pero cada vez se apuesta más por reciclarlos para darles nuevos usos como para hacer maceteros o cubos de basura. · Chatarra metálica: el cubo que es ahora el chasis del vehículo, desprovisto de todo y prensado, pasará a un centro específico dónde se eliminen las impurezas, se clasifiquen los distintos metales y se fundan para crear desde lavadoras hasta carritos de supermercado o cableado, dependiendo del residuo. Gracias a todos estos usos, tras el procesado de residuos peligrosos, el reciclado de los componentes, la venta de recambios de segunda mano y la fundición de los residuos metálicos, podremos conseguir aprovechar hasta un 95% del peso total de cada automóvil.