Éxito merecido
Toda la información sobre los servicios disponibles. Estéticamente atractivo, el Qashqai es un producto que aporta grandes cualidades y pocos defectos. Su trayectoria comercial está apoyada en una buena realización.
Desde su lanzamiento, el Qashqai ha sido un éxito de ventas. Su oferta mecánica abarca desde un 1.5 dCi de 105 CV hasta la versión de las imágenes, un dos litros diésel con 150 CV de potencia.
Si la versión básica tiene un buen funcionamiento, el motor que nos ocupa, fabricado por Renault, ofrece empuje, suavidad e incluso consumos relativamente contenidos. Este tetracilíndrico ya había hecho su aparición sobre modelos como el Mégane y el Laguna. No se trata de una evolución de los anteriores, sino de una mecánica de nueva factura. Su sistema de inyección por conducto común es de última generación, con inyectores de alto rendimiento y capacidad para realizar varias inyecciones por ciclo.
Entre las características importantes de esta mecánica se encuentra la distribución por cadena en vez de correa. Con ella se aumenta la fiabilidad mecánica y disminuye el coste de mantenimiento, pues no es necesario cambiarla a lo largo de toda la vida del motor. Este tipo de distribución suele tener el inconveniente de una mayor sonoridad, una característica que, sin embargo, no existe en absoluto en el Qashqai, cuyas suavidad de funcionamiento y bajo nivel sonoro son dos de sus grandes cualidades.
En el interior encontramos una postura de conducción muy similar a la de un turismo, con la única diferencia de encontrarnos un poco más elevados. Encontrar nuestra posición más adecuada no resulta difícil, y todos los mandos se encuentran al alcance y son bastante intuitivos.
Entre los elementos destacados del salpicadero está el mando giratorio que controla el sistema de tracción All-Mode 4x4. Derivado del X-Trail aunque un poco menos evolucionado, basta con situar el mando en la posición auto para que la tracción del Qashqai se adapte a los requerimientos del terreno. Salvo pasos realmente complicados en los que será más conveniente pasar al bloqueo del diferencial central, la posición auto es la más recomendable.
En el salpicadero central encontramos que la radio y el sistema de climatización tienen grandes botones que facilitan su uso, mientras que en la zona baja también disponemos de una práctica toma de corriente.
La radio también puede manejarse desde el volante, con unos mandos muy típicos de Nissan que mejoran a los habituales para este tipo de funciones. El ordenador, que informa de la velocidad media, la autonomía o los kilómetros recorridos también se puede manejar desde el volante.
El maletero será el aspecto menos valorado por los usuarios con familia, pues con apenas 350 litros la impedimenta de toda la familia puede ser excesiva en viajes largos. No obstante, cuando se trate de parejas sin hijos bastará con abatir los asientos para encontrar todo el espacio que deseen e incluso un poco más.
En el aspecto dinámico, el Qashqai se defiende a la perfección en carretera. Como prácticamente todos los SUV, las inclinaciones de la carrocería están presentes al abordar fuertes virajes a elevada velocidad pero, salvo que realicemos una conducción excesivamente exigente, la estabilidad general del conjunto se mantiene en buenos niveles.
El confort de marcha tampoco se ve afectado, con unos amortiguadores que no castigan a los ocupantes en carretera aunque sí resultan algo duros en campo donde, para afrontar zonas bacheadas, es recomendable bajar el ritmo de marcha. Con unas cotas TT bastante aceptables, el Qashqai sólo se echará atrás ante dificultades propias de la realización de todoterreno puro. Dado que la mayoría de propietarios quedarán lejos de tales solicitaciones, las capacidades camperas del Qashqai pueden catalogarse como más que satisfactorias.
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